TAREA PÚBLICA / Rescate del turismo (La aviación, clave)

Por Carlos Orozco Galeana

Fíjense ustedes que desde que mi hijo Amando comenzó a incursionar en la élite de la aviación comercial volando aviones de la mayor capacidad como el Airbus 320 y 321, comencé a interesarme en esa actividad, a la que he puesto atención los últimos meses.

Noticias de la más alta multiplicidad han surgido en ese sector, pero la mayoría aborda el tema con sentido crítico. Y en efecto, la aviación está padeciendo una temporada muy dañina e irregular con una pérdida de 8,800 millones de dólares para las aerolíneas mexicanas.

El Covid ha impactado durísimo y causado daños económicos hasta por cien mil millones de dólares en el mundo y se han perdido también millones de empleos, y el turismo ha sufrido un menoscabo excelso. En los primeros seis meses del año, los diez principales aeropuertos de México han perdido el 48% del total de pasajeros domésticos y el 51.9% del total de viajeros internacionales, en comparación con lo registrado durante el primer semestre de 2019, estimó la SCT.

Durante el sexenio peñista, el turismo creció a un ritmo de 9% anual; sin embargo, la cancelación del aeropuerto de Texcoco y la suspensión de las actividades de promoción de los destinos mexicanos en el exterior fueron dos malas decisiones que afectaron la confianza de los viajeros en México.

Resultados posteriores derivados de la crisis de covid, indican, por otra parte, que durante mayo el tráfico de pasajeros en América Latina tuvo una caída del 95.8%, indicó la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo, con lo que la industria aérea siguió en la misma tendencia que registró durante abril. “Esa cifra revela que durante todo mayo viajaron en la región menos pasajeros que un día cualquiera de mayo de 2019” indicó ALTA en un comunicado.

En ese mes, la industria aérea latinoamericana registró una disminución de 33.5 millones de pasajeros con respecto al año anterior. Esto se debe en gran medida a que sólo los mercados de México, Chile y Brasil estuvieron operativos, pero con grandes restricciones. Actualmente, Colombia, Perú, Costa Rica y la mayoría de países centroamericanos, mantienen prohibición a la llegada de aviones del exterior. En lo que va de 2020, la región ha tenido una disminución del 42.3% en el transporte de personas, con una baja de 76 millones de pasajeros. Esto “representa una pérdida de ingresos de más de 15 mil millones de dólares para las aerolíneas que operan” indicó ALTA.

Contrariamente a como ocurre en otros países como Francia, Estados Unidos o Alemania, el gobierno mexicano no ha alzado la mano para apoyar a esta industria básica para el desarrollo económico, el turismo y los negocios, aunque los empresarios mexicanos esperan comprensión y apoyo del actual secretario de la SCT, al que debe importar la suerte de cientos de miles de personas que participan y dependen de ese mercado. Es evidente que, en el mediano plazo, se pagarán costos y los afectados comenzarán posiblemente a salir a las calles por la cancelación de empleos y se tendrá que enfrentar la demanda y el enojo de la gente por ese cruzamiento de brazos.

Amlo no da color en este tema. No se acepta del todo que la aviación es un factor clave de la economía que, al mover pasajeros, incentiva negocios, atrae divisas e inversiones, acerca a los pueblos, impulsa la creación de infraestructura como terminales aéreas y carreteras, mueve patrimonios. Pero esto mismo parece que no quiere reconocerse porque quizás domina en la percepción presidencial la noción de que los empresarios en general tienen que rascarse con sus uñas. No todos los empresarios pueden medirse con el mismo rasero, ni tampoco todas las actividades económicas son similares en importancia.

Cada empresa tiene su historia y sus modos. La SCT tiene que asesorar al presidente y decirle el riesgo que conlleva permanecer indiferente ante la casi catástrofe en la aviación, decirle que dependen cientos de miles de familias de ella y que es necesario activar un plan de apoyo inmediato que permita su recuperación. Alguien tiene que mostrar sensibilidad en su equipo de trabajo y asesorarlo correctamente..

Confiemos, no queda de otra, en que se analice a cabalidad los efectos nocivos de la crisis en la aviación nacional. No se olvide que las empresas de este ramo son la cara bonita de todo régimen. Una aviación pujante da buena imagen y confianza a inversionistas y turistas e impulsa el crecimiento económico, pero una aviación endeble, abandonada por los gobiernos, ofrece un rostro de pesimismo e incertidumbre. Amlo se está tardando. Ya se tardó.. . .