Repuntes, burbujas e inocentadas… ¿qué está pasando con el bitcoin y el criptomercado?

Puede que los mecanismos del criptomercado no resulten demasiado complejos a simple vista. Para los que se adentran en la jungla del dinero digital por primera vez, la cuestión es si el precio sube o baja. En parte, es cierto; pero no se deje engañar, negocie las criptomonedas con cuidado y no corra riesgos innecesarios. En temas bursátiles, déjese aconsejar siempre por la voz de la prudencia. Le evitará muchos problemas de salud.

En efecto, la prudencia es el mejor flotador para bucear en los mercados, especialmente en el de las criptodivisas. La inestabilidad, la falta de regulación y la enorme volatilidad del criptomercado así lo dicta. No basta con seguir el precio, abrir un oscilador y observar el volumen. Ni siquiera es suficiente tirar un par de líneas de tendencia, delimitar unos niveles de Fibonacci y fiarse de un buen cruce de medias móviles.

Todos estos recursos funcionan, sí, pero no espere que el análisis técnico vaya a darle las mismas alegrías en el criptomercado. Puede que le funcione en el mercado de divisas de toda la vida, y con pequeñas inversiones; pero el criptomercado es demasiado joven y voluble para responder a estos marcadores. ¿Se encuentra la esperanza de los ‘criptoinversores’ en el análisis fundamental? Por desgracia, tampoco.

Las noticias no ayudan mucho más que las opiniones de los expertos. Puede seguir el análisis de un inversor con muchos likes en redes y darse el batacazo del siglo. Es significativo que el bitcoin lleve cayendo en picado meses y que, de repente, se empiece a hablar maravillas de la madre de todas las criptodivisas. Ahora que la punta de lanza del criptomercado parece romper el nivel de los 5000 puntos, todo el mundo es un experto.

Los medios echan humo y se deshacen en palabras de amor hacia el bitcoin, incluso aquellos que hace pocas semanas daban por muerto el criptomercado. En estos días de locura se ha dicho de todo. Para los expertos, el criptomercado vuelve a inflarse y tenemos burbuja a la vista (por enésima vez). Se rumorea incluso que hay un comprador anónimo manipulando el mercado, un ser misterioso que habría realizado un compra de 20 000 bitcoins.

Esta operación podría haber animado a otros inversores, generando un efecto de compra que explicaría el reciente repunte. ¿Significa esto que es hora de apostar por la recuperación del bitcoin? Si va a dejarse aconsejar por la prudencia, no. Que unos cuantos analistas le digan dónde meter su dinero no es razón para hacerlo, sobre todo cuando otros especialistas han declarado abiertamente que no tienen ni idea de por qué está subiendo la criatura de Nakamoto.

De hecho, se han escrito tantas barbaridades en los últimos días que lo sensato sería sentarse a esperar. En estos momentos la teoría del inversor anónimo es tan creíble como la hipótesis del fools’ day. Como este inesperado despertar del bitcoin ha coincidido con la celebración del Día de los Inocentes anglosajón (celebrado el primero de abril), algunos medios han apuntado a las inocentadas como presuntas culpables.

Al parecer, se bromeó sobre la aprobación de fondos de inversión por parte de la Comisión de Bolsa y Valores. Es cierto que los estadounidenses no lo ven con malos ojos, pero todavía queda mucho para que el bitcoin se cuele en los corros digitales. En cualquier caso, es una explicación tan plausible como cualquier otra. Si esta o aquella noticia le vale para poner en riesgo su capital, adelante. Negocie las criptomonedas como estime oportuno.

Aunque, puestos a arriesgar, quizá le interese alejarse del bitcoin y sus historias para no dormir. Su presión arterial se lo agradecerá, por no hablar de su bolsillo. Si está dando sus primeros pasos en el apasionante mundo de las finanzas bursátiles, la cotización del ethereum le resultará más amigable. La del litecoin, aún más. Y si se le da una oportunidad al NEO, mucho mejor. No tienen el glamur del bitcoin, pero le ahorrarán más de un susto.

También le ahorrarán un buen puñado de dólares, pues necesitará un apalancamiento infinitamente menos agresivo para darle la rentabilidad deseada a su capital. Basta echar un vistazo a las cotizaciones para comprobar que la diferencia es abismal. Frente a los miles de dólares que ‘vale’ un bitcoin, un litecoin no llega a los 100, y un NEO apenas supera los 10 dólares. Está claro que opciones asequibles no faltan en el cripto-ecosistema.