Podrán los sacerdotes mexicanos suspender actos debido a la violencia

La dirigencia de la Iglesia católica mexicana dio libertad a los sacerdotes de las localidades más afectadas por la violencia para que suspendan determinadas actividades, con el fin de “proteger a la población”.

“Debemos anteponernos a las situaciones que puedan darse, para evitar peligros, y tomar las medidas más oportunas para proteger a la población”, dijo Manuel Corral, encargado de Relaciones Públicas de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

El secretario general del CEM y obispo de Texcoco, Víctor René Rodríguez, anunció el jueves durante la 90 Asamblea Plenaria de la CEM que cada sacerdote podrá mover los horarios de las misas, cursos y demás actividades vespertinas si lo considera necesario, pero que en ningún caso abandonarán sus puestos.

En lo que va de 2010, las disputas entre bandas delictivas han cobrado en México unas 10,000 vidas, según estimaciones periodísticas. Desde el comienzo del sexenio, suman casi 30,000, de acuerdo con datos oficiales.

La directriz será aplicable sobre todo en estados norteños como Tamaulipas, Nuevo León y Sinaloa, indicó Corral.

Sin embargo, la situación en determinadas parroquias de otras zonas, como Michoacán, Veracruz y la serranía de Puebla, también ha causado que algunos sacerdotes modifiquen o eliminen horarios de misa para prevenir actos violentos.

“No se trata únicamente de una decisión de sacerdotes sino de toda la comunidad de feligreses”, dijo Corral, y ésta afecta a otras actividades de las parroquias, como los grupos y los cursos de formación.

En las tardes y en las noches es cuando incrementa la violencia, “y la población está restringiendo su asistencia a los servicios religiosos de estas horas”, a pesar de que fueran los más frecuentados.

Ello tiene consecuencias para la Iglesia, que en muchas localidades ve cómo se reducen las colectas y las ofrendas que ayudan a su sustento, agregó Corral.

El desempleo derivado de la falta de inversión en las regiones más inseguras, así como “la extorsión y la corrupción” en determinados pueblos también afectan a los recursos de los feligreses, que ya no pueden realizar las mismas aportaciones que antes, reconoció.

La situación “no es novedosa, viene de tiempo atrás y se ha ido incrementando”, y seguirá mientras los grupos de delincuentes se repliegan”, dijo.

Con información de EFE

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