VIENTOS

¿QUÉ VIENE?

Sean Osmin HAMUD RUIZ

¿Qué clase de estímulo necesitaremos como sociedad para reaccionar? ¿Por qué en general seguimos conformándonos con quejarnos en la mesa, en el café o en redes sociales? ¿Dónde estará el valor civil? ¿Dónde el compromiso con el futuro, nuestro futuro?

Cada que se avecinan cambios, regularmente en el ámbito de la política, volvemos a esas prácticas cotidianas de lamentos por la situación, por cómo los políticos de siempre pretenden justo eso, hacer lo de siempre, y también de cómo vemos que se comienzan a tomar decisiones ausentes de una verdadera consulta social. Ni a mano alzada preguntan.

En estos últimos días, uno de los temas de moda han sido las alianzas entre partidos. Que si se está juntando lo horro con lo parido, que si los de dulce con los de chile, que si los de la mafia de siempre con los de la nueva mafia. Pero lo relevante, considero, no va por ahí.

No podemos engañarnos, las candidaturas independientes, desde el punto de vista legal y operativo, están diseñadas para que no sucedan. Pocos ejemplos se han dado que alcanzan finalmente su objetivo (a mi memoria acuden una gubernatura y una diputación).

Las estructuras que conforman a los partidos no son del todo inútiles. A lo largo del tiempo han servido para canalizar ideas, inquietudes, capacitando gente en el servicio público y hasta para estructurar cambios necesarios en el país. El problema no son las instituciones, son las personas que se corrompen y utilizan a las mismas para fines personales o de pequeños grupos. Y esto se ha permitido desde la ciudadanía.

Lo que ha cimbrado al sistema como lo conocíamos y que ahora se nos muestra como un fallido intento de borrarlo todo sin ton ni son, no hay que olvidarlo, se consiguió a través de un partido político y del voto masivo de las personas.

Lejos de que nos enquistemos en criticar si vale o no la pena que los partidos se alíen, de lo que debemos preocuparnos es de que esas uniones no queden solamente en una concertacesión gris, corta.

Aprovechemos el momento. Empresarios, líderes sociales, amas de casa, estudiantes, TODOS exijamos que esas arquitecturas electorales VERDADERAMENTE integren personas apartidistas. En las fórmulas para los cabildos, en las diputaciones, en las listas plurinominales y ¿por qué no?, un candidato o candidata a la gubernatura.

Tenemos que hacer notar que la sociedad es capaz de producir fuertes VIENTOS.