Días inéditos, días de guardar, días de temor, días de temblor, días de esperanza, días de solidaridad corrersponsable en el cuidarse para cuidar.

Esta invitación-llamado-petición a no salir, a quedarse en casa, a remachar de una y otra forma que no son vacaciones sino una situación de emergencia preventiva para evitar o retardar la multiplicación de casos, puede dejar de serlo porque las circunstancias así lo requieran.

Afortunadas las personas que tienen actividades que se pueden realizar desde la casa; doblemente afortunadas quienes reciben su sueldo de manera quincenal; triplemente con fortuna quienes pueden vivir esta situación en compañía de personas amadas, queridas, cercanas –aunque se extrañe las otras presencias ausentes-.

Esto pasará, pero se pretende que sea más temprano que tarde y que las consecuencias en vidas humanas sea el mínimo posible. En esto podemos colaborar, tenemos obligación de hacerlo.

Muchas son las sugerencias que se nos hacen para transitar por este #quédateencasa. Elaborar un horario, en donde tengan cabida la lectura, los quehaceres domésticos compartidos, el juego y la convivencia, el ocio, el ejercicio.

En lo que se refiere al ejercicio, no es necesario un gimnasio, unidad deportiva, o algo por el estilo; en casa se puede realizar. De acuerdo al dato más reciente del Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (MOPRADEF) el 57.9% de las personas de 18 años y más era inactiva físicamente. Puede ser un propósito para atender este tiempo, que se vuelva hábito: 30 minutos para la activación física al día.

Siempre hay alguna actividad que hemos postergado, por muchas razones. Pudiera ser éste el espacio para iniciarla: ordenar un espacio de casa, pintar, escribir, componer, entre muchas otras. No podemos estar en casa solamente sentadas/sentados y con el teléfono celular las horas. Hay que ponernos en actividad y seguramente podremos identificar muchas cosas por hacer.

Se nos presenta esta oportunidad para convivir, redescubrirnos, y, si fuera posible, reinventarnos. Debemos poner atención en el manejo y expresión de nuestras emociones. Ante todo, hay que evitar el desánimo, la desesperación y procurar una actitud positiva.

El reconocimiento personal y social, agradecimiento, al personal del área de la salud: medicina, enfermería, intendencia, administrativos; a las personas que mantienen funcionando los servicios públicos; a quienes laboran en seguridad pública.

Balvanero Balderrama García
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