SOCIALIZANDO DATOS

Eco y Bauman

Por: Balvanero Balderrama García

Distintos y complementarios fueron los escenarios en los que conocí la obra de Umberto Eco y de Zygmunt Bauman. Ambos europeos; el primero de ellos italiano, Eco, el segundo polaco, Bauman.

En ninguna forma me considero un experto de sus respectivas obras, solamente una persona que reconoce sus aportes.

Y vienen a la memoria porque, recientemente, se conmemoró el segundo aniversario de la muerte de Bauman, 9 de enero de 1917, y un aniversario más del nacimiento de Eco, 5 de enero de 1932.

El Nombre de la Rosa, fue mi compañero en el lejano 1995; posterior a ello lo he retomado con cierta frecuencia.

Es muy interesante, para mí al menos, cómo crea –desde un manuscrito que llegó a sus manos y luego perdió- y recrea un ambiente de la edad media, monacal, con las glorias y las miserias del ser humano; que no son ajenas para los hombres dedicados a la vida contemplativa, a la lectura, la preservación de los libros –en una época anterior a la imprenta-.

El eje es el conocimiento, un libro en particular, el escenario una biblioteca y su monasterio, la expresión son las distintas emociones humanas.

Desde intrincadas reflexiones sobre las diferentes posturas ante la pobreza de Jesús, distintas interpretaciones de los evangelios, se transita entre la ortodoxia y la herejía, con sutiles variaciones que hacen dudar sobre dónde está la delgada línea que las separa; participan el alto clero, distinguidos teólogos, abades, así como el poder secular.

Obviamente no es su única obra, eminente semiólogo, agudo pensador. Ahí están El Péndulo de Foucault, Tratado de Semiótica General, Número Cero, entre muchas más.
A Sygmunt Bauman lo conocí en la maestría, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Capturó mi interés la modernidad líquida, el amor líquido, vida líquida, el consumismo, identidad, globalización, individualismo… todo el andamiaje que armó el sociólogo -emigrado al Reino Unido- para entender lo que sucedía a su entorno, los fenómenos sociales aceleradamente cambiantes… fructífero y fecundo pensador, agudo, crítico, analítico.

Esa propuesta para leer nuestra realidad, ¿por qué esa insatisfacción crónica? ¿por qué el miedo al compromiso?, por enunciar dos preguntas nada más.

Ante esto que se nos presenta, la invitación es a conocer la obra de Zygmunt Bauman y Umberto Eco. En esta época, efímera, de unos días, en los cuáles los propósitos son abundantes, podemos darle una variante y superar el 45.1% de personas que leen libros en nuestro país (MOLEC, 2018); no porque sea una obligación, sino sólo y únicamente por el placer de leer.

balvanero@gmail.com