Senador por un día para una batalla por la vida

EL ARCÓN DE HIPATIA
Por: Saraí AGUILAR ARRIOZOLA

“¿Cuánto tiempo me queda? No lo sé”. Estas palabras expresadas por el senador Juan Pablo Adame resumen toda una batalla de vida.

Enfermo de cáncer de estómago, el exdiputado federal del albiazul, quien en los últimos 40 días casi no ha podido ingerir alimento, rindió protesta como senador, al menos por un día, gracias al gesto del coordinador de los senadores del PRD, Miguel Ángel Mancera, quien pidió licencia para que su suplente presentará una iniciativa y un punto de acuerdo en favor de los enfermos de cáncer.

El punto de acuerdo exhorta a invertir más en los enfermos con cáncer el próximo año, a propósito de la discusión que del Presupuesto de Egresos de la Federación.

Adame exhortó a sus compañeros a dejar la coyuntura política rumbo al 2024 y la grilla y atender a un discurso humanitario. La batalla no solo por los enfermos de cáncer sino por las familias que cargan el doble peso de luchar por la vida de un ser querido y solventar los gastos.

La iniciativa propuesta por el senador Adame busca “dotar a las familias de un apoyo de manera subsidiaria para que, quienes padecen cáncer, puedan acompañar a sus familiares y lo puedan hacer en este momento en donde uno tiene que estar tomando quimioterapias y hay alguien que tiene que pagar un traslado, tiene que pagar un hotel, tiene que pagar la comida, tiene que pedir el día, tiene que renunciar a su actividad profesional para poder atender a un enfermo o a alguien que está con este padecimiento”.

En su discurso enunció lo que solo aquellos que han transitado por ese valle pueden decir.

“Afortunadamente tuve todo el respaldo y todo el apoyo, pero sé que no todos los que padecen esta enfermedad pueden contar la misma historia; hay experiencias inadmisibles en donde un enfermo carga con el cáncer y con la necesidad de pagar el tratamiento y el acompañamiento. Pido una reflexión pública en este momento para comprometernos más con los enfermos de cáncer, con la discapacidad que queda después de un tratamiento tan fuerte y cómo podemos ayudar a cambiar esas historias que no tienen esta oportunidad”

Sin darse cuenta, su discurso calaba en lo más hondo del panorama político nacional al plantear en tribuna aquello que para el doctor Hugo López-Gatell resulta complot, según lo enunció tiempo atrás en el programa de televisión de El Chamuco. Y logró que se escuchara en el Senado la realidad que Presidencia busca desacreditar desde hace cinco años sobre la escasez de medicamentos y atención a los pacientes de cáncer.

La presidenta del Senado sometió a consideración de la asamblea el punto de acuerdo que, en su primer resolutivo, dice: “se exhorta al Ejecutivo federal a que dentro del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2024 se destine un presupuesto suficiente y adecuado para el combate del cáncer, con el objetivo de fortalecer los programas de prevención, detección temprana y tratamiento de esta enfermedad”.

Y al parecer ni la bancada oficialista pudo contradecir a un testimonio vivo. Pues el punto se consideró de urgente resolución, se le dispensaron los trámites y fue aprobado en tres minutos, con 71 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones.

Como lo señaló Juan Pablo Adame: “Nunca me sentí tan vivo como cuando estuve cerca de la muerte”. El senador, sin darse cuenta, está luchando no solo por su vida. Sino que con su vida está dando la batalla por la de otros.

 

Columna publicada con la autorización Saraí AGUILAR ARRIOZOLA