Nueva protesta en Plaza Tahrir contra Mubarak

La movilización ciudadana para exigir la salida del presidente egipcio, Hosni Mubarak, recuperó ayer el brío que parecía haber perdido en los últimos días, con una manifestación multitudinaria en la que las familias volvieron a tomar la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo.

Después de que el miércoles y jueves de la semana pasada los partidarios violentos del régimen hiciesen acto de presencia, y de que el presidente de EU, Barack Obama, dijera el domingo que el nuevo gobierno de transición lo estaba haciendo bien y que lo mejor sería que se quedase hasta las elecciones de septiembre, el pueblo sublevado le respondió con un rotundo “no” y con una macromanifestación para exigir de nuevo la salida inmediata de Mubarack.

La irrupción de los “baltaghiya” (matones) sembró dudas sobre la capacidad de los manifestantes de mantener la masa crítica de descontentos con el régimen. Pero, a juzgar por la respuesta de ayer, el miedo se ha superado y el comienzo del diálogo entre el vicepresidente Omar Suleimán —en quien Mubarak ha delegado la gestión de la crisis— y la oposición no satisface a Tahrir.

Los manifestantes lo dejaron ayer claro: no quieren subidas puntuales de salarios, contención de precios básicos liberación de presos, como anunció el número dos del régimen, ni gobiernos de transición, quieren que renuncien ya y se convoquen elecciones libres de inmediato.

Contra la normalidad. Más que el miedo a que reaparezcan los matones —los manifestantes han montado torres improvisadas de vigilancia para avisar con tiempo a los “plantados” en la plaza— el temor de muchos líderes de la revuelta es que el pueblo se canse antes que el régimen y el presidente se salga con la suya.

El universitario Tarek Hamza lo explica así: “Fuera de Tahrir, la vida ha vuelto a la normalidad, por eso se ha establecido un calendario claro, con grandes convocatorias los martes y los viernes, mientras que el resto de días de la semana la presencia de miles de personas en tiendas y carpas trata de que la revuelta no se apague”.

El catalizador ayer de la masiva protesta fue la presentación ante la multitud del bloguero y ejecutivo de Google Wael Ghoneim, convertido en un héroe popular por su papel en la revuelta por internet, y Ahmed Zuweil, Premio Nobel de Química en 1999 y uno de los nombres que suenan para encabezar la transición.

A los centenares de miles de manifestantes, Ghoneim hizo rugir la plaza cuando proclamó:“Egipto está por encima de todos y es para todos. La sangre de los que han muerto no debe quedar derramada en vano”.

Con información de Crónica.

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