NO ENTIENDEN

EN MI HUMILDE OPINIÓN
Por: Noé GUERRA PIMENTEL

Sin duda que la de junio de este año será una elección diferente a todas de las que tengamos memoria, como aquí mismo lo auguré el 25 de marzo del 2019, el manipulador del palacio hará todo lo que esté a su alcance para seguir en el poder, lo viene haciendo: la militarización estratégica del país donde nuestras fuerzas armadas bajo sus órdenes hacen de todo menos su función primordial; su interesada política de seguridad en la que es omiso, se rinde y justifica a quienes no debe, criminalizando sí, pero a las víctimas; la indiscriminada repartición del dinero público entre los potenciales electores; sus componendas y entreguismo político internacional; sus abusivos y arteros ataques contra las voces y prestigios disidentes; sus velados acuerdos concesionarios con la alta clase empresarial mexicana “la mafia del poder”. Todo con vistas a su gran y único objetivo, mantenerse en el poder.

 

A estas alturas, como ciudadano, no me queda duda, Xóchitl Gálvez, la mujer que habiendo nacido con todo en contra, la que desde el emprendedurismo se forjó como sobresaliente ingeniera, joven líder mundial, empresaria exitosa y en eventual funcionaria federal de resultados visibles (garbanzo de a libra, rara avis, dadas las características de la mayoría de la llamada clase política mexicana); así es, Xóchitl, línea por línea, paso a paso, palabra tras palabra es mucho mejor prospecto para honra del género para la presidencia de la república; sus hechos la acreditan y su actitud frente a los embates la han fortalecido, ajena como va frente a la nula, gris y mediocre que, aun con la mesa puesta y todos los recursos a su favor, cada vez hace más evidente su fracaso como candidata oficial.

 

Xóchitl vino a Colima y a quienes tuvimos la oportunidad de verla y saludarla personalmente, de escucharla en directo, nos dejó una excelente impresión con su talante informal, echada para adelante, disruptiva y contestataria (aunque algunos oficiosos se escandalizan), informada y consecuente, con un discurso claro y directo, altisonante a veces, realista y con soluciones viables ante los problemas generados y los destrozos acumulados que día a día, a ciencia y paciencia, ha venido cometiendo el amurallado, como nunca antes, inquilino del palacio nacional. El mismo personaje que muchos no creíamos que sí, que en verdad era un peligro para México, como tanto nos fue advertido.

 

Mientras tanto, mientras este señor a sus anchas continúa destruyendo al país y socavando a nuestras instituciones garantes y violando flagrantemente y sin el menor disimulo nuestra constitución, los representantes de los partidos políticos preocupados por la eventual repartición de migajas, poco o nada se ocupan por proponer, por cuestionar, por evidenciar los negativos de este gobierno fallido, esperando solo que lleguen las elecciones a ver si algo les tocó acomodando desde hoy a familiares y amigos en las probables posiciones, en los hechos poco les ha importado el resquebrajamiento de nuestra nación, negados como se ven a entender y menos a reconocer que la sociedad civil, organizada o no, ya está sobre ellos y que si no lo asumen en el pecado llevarán la penitencia.

Baste recordar la espontánea, inédita y multitudinaria manifestación en defensa del órgano electoral y un poco más acá la de la Suprema Corte de la Nación, hechos ante los que el pretendido abuso del poder, además de prender sus alertas, tuvo que recular y buscar otros vericuetos legaloides para lograr sus absurdos propósitos como la infiltración de sus incondicionales a la par de prácticamente tronar todos los sistemas estructurales de la sociedad además de desatender la seguridad, la salud, la educación, el agronómico, el del arte, la ciencia y tecnología, por mencionar unos, que directamente han impactado y más lo harán contra los grupos más vulnerables que, paradójicamente son quienes mayoritariamente lo sostienen sin pensar en el futuro de los suyos y este México nuestro.