Cuando ser honesto, respetuoso y responsable a la vez se hace posible
Por: César Augusto García Avitia

¿Cuántas veces no hemos sido testigos de situaciones en las que existe una falta de respeto? Ya sea en otros o en carne propia, más de una vez hemos experimentado el enojo, la tristeza o el miedo que surgen de situaciones así.

Incluso hay quienes justifican su comportamiento irrespetuoso bajo el pretexto de estar siendo honestos, expresándose de forma hiriente y dañando a los demás. Una posible solución a estos problemas es entrenar nuestra asertividad, de lo cual trata este texto.

El concepto de asertividad se comenzó a construir en la psicología desde finales de la década de 1950. A partir de entonces, el tema ha ganado gran relevancia e incluso se ha popularizado fuera de las fronteras de esa disciplina. Un aspecto central de la asertividad es la comunicación, por lo que suele hablarse de la “comunicación asertiva”. Esta puede definirse como la capacidad de una persona de hablar e interactuar de una manera que considera y respeta los derechos y opiniones de los demás al mismo tiempo que defiende sus propios derechos, necesidades y límites personales.

La comunicación asertiva es un estilo de comunicación interpersonal que se caracteriza por expresar tus pensamientos, sentimientos, deseos y necesidades de manera clara, directa, honesta, respetuosa y responsable. No agredes a los demás, pero tampoco te dejas someter. En otras palabras, implica la capacidad de comunicarse de manera efectiva mientras se mantiene un equilibrio entre el respeto por uno mismo y el respeto por los derechos y opiniones de los demás.

De tal forma que la comunicación asertiva se diferencia de otros estilos de comunicación, como la comunicación agresiva y la comunicación pasiva. En la comunicación agresiva, una persona tiende a imponer sus puntos de vista de manera dominante y a menudo utiliza tácticas intimidatorias, despreciativas o abiertamente hostiles. Por otro lado, en la comunicación pasiva, una persona evita expresar sus pensamientos y sentimientos, cediendo fácilmente ante los demás y reprimiendo sus propias necesidades.

Por ello, para no convertirnos en agresores, pero tampoco dejar que nos agredan, es importante desarrollar las siguientes características de la comunicación asertiva:

  • Identifica y expresa lo más claramente que puedas tus pensamientos y sentimientos.
  • Escucha activamente a los demás sin interrumpir, es decir, busca escuchar para entender.
  • Respeta los derechos y opiniones de los demás.
  • Defiende tus propios derechos sin agredir los de otros.
  • Mantén un tono de voz y lenguaje corporal tranquilo y respetuoso.
  • Evita el uso de palabras o gestos agresivos.
  • Busca soluciones y compromisos cuando surgen conflictos.

La comunicación asertiva es una habilidad importante en las relaciones personales, ya que promueve una comunicación más efectiva, reduce los malentendidos y conflictos, y fomenta el respeto mutuo. Practicar la comunicación asertiva puede ayudarte a expresar tus necesidades y deseos de manera más efectiva y a construir relaciones más saludables y satisfactorias, manifestando honestidad, respeto y responsabilidad al mismo tiempo.

 

Doctor en Psicología César Augusto García Avitia
Profesor e investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima
Contacto: garciaavitia@ucol.mx