¿Estornudos, comezón, ojos rojos, nariz tapada y tos crónica? Podría ser rinitis alérgica

Colima.- ¿Su hijo tiene mucha mucosidad, obstrucción de la nariz, lágrimas, comezón y crisis de estornudos? No le dé antibióticos ni medicamentos antigripales: podría ser rinitis alérgica, una enfermedad que causa mucho ausentismo escolar.

La otorrinolaringóloga pediatra Rosalba Copado Ceballos explica a AFmedios que la rinitis alérgica, un estado crónico inflamatorio de la nariz, frecuentemente se confunde con otros padecimientos, como procesos gripales.

“Con mucha frecuencia confundimos este padecimiento, y vienen las mamás diciendo: ‘Es que mi hijo está enfermo cada 15 días, o está enfermo cada semana. Le doy antibiótico, mejora dos o tres días, o le doy medicamento, y al rato otra vez está igual’. Y no es así”.

En algunos casos de niños que tienen tos crónica, tos con flemas, sibilancias  o espasmo branquial, agrega Copado Ceballos, la gente dice que se le cierran los bronquios o da bronquitis, pero simplemente es una rinitis alérgica.

Copado Ceballos detalla que los síntomas más frecuentes de la rinitis alérgica son estornudos continuos, comezón en la nariz y los ojos, ojos muy rojos, a veces lagrimeantes, nariz tapada, respiración ruidosa y tos crónica con flemas.

“Suele ser episódica; o sea, se relaciona muchas veces con la época del año, con la humedad en el ambiente, con el uso de ciertas cobijas para taparlos por las noches. Esos son los síntomas más frecuentes, aunque puede presentarse de muchas maneras”.

Y agrega que un niño crónicamente enfermo con estos síntomas no duerme bien, respira con la boca abierta, está obstruido de la nariz, tiene mocos cristalinos y de forma intermitente presente mucosidad verdosa.

Aunque la otorrinolaringóloga detalla que en la rinitis alérgica generalmente no se presenta la fiebre, este padecimiento predispone a sobre infecciones.

“¿Qué quiere decir? En un niño que siempre ha tenido rinitis alérgica puede haber episodios intermitentes en los que presente fiebre, mucosidad verdosa, dolor o molestia en los oídos, porque se agregan infecciones bacterianas o virales”.

Es decir, la rinitis alérgica predispone a otras enfermedades de nariz y senos paranasales, de la garganta y de los oídos.

“Por la comunicación tan estrecha que existe entre las estructuras del oído y la nariz, un niño que crónicamente está con alergias o mucha mucosidad puede tener repercusión a nivel del oído”.

En niños de entre dos y siete años, a veces se les detectan problemas auditivos que no necesariamente son muy severos,  pero esto es una secuela del cúmulo de mucosidad tanto en los senos paranasales como en los oídos, lo que requiere tratamiento inmediato.

Además, detalla que los padres suelen canalizar mal a los niños que sufren los síntomas arriba descritos.

“Por desconocimiento, muchas veces los llevan a las farmacias similares, o el primer contacto es con un pediatra. Está bien que los lleven a un pediatra, pero si este sospecha de algún proceso de este tipo, debe referirlo al otorrinolaringólogo, que es el especialista adecuado en tratar este tipo de problemas. Este especialista identificará si existe daño a órganos vecinos, como el oído, los senos paranasales y la garganta”.

Otras consecuencias de la rinitis alérgica en niños son la acumulación excesiva de moco en los senos paranasales; el polvo y las bacterias que se respiran se depositan en estas cavidades y se multiplican, de ahí que los niños sean más vulnerables a una sinusitis.

“Estas cavidades están muy cerca de los ojos y del cerebro. La distancia entre estas cavidades es muy pequeña. Cuando hay una infección muy importante, este hueso se puede carcomer y existir paso de secreciones infectadas al ojo o al cerebro, por eso es importante el tratamiento. Un niño puede hasta perder la vista por un problema de sinusitis, o incluso puede tener una meningitis (inflamación de las meninges)”.

Tratamiento

Copado Ceballos explica que con el tratamiento adecuado, recetado por un otorrinolaringólogo, un niño puede llevar una muy buena calidad de vida, aun cuando tenga alergia, y no se requiere el uso indiscriminado de antibióticos.

“En la desesperación de que el niño siempre está con mocos, dicen que es gripa, y al pobre niño lo traen con inyecciones por siete días y no se le quita. Es un gasto importante para la familia y es dañino para la salud del niño”.

El especialista, dependiendo de la edad del niño, le aplicará distintas pruebas para ver a qué microorganismo o alergeno está reaccionando.

“Existen pruebas que nos dicen si los niños son alérgicos al polvo, polen, ácaros, cucarachas, y de esta manera podríamos tener una prevención más específica”.

Pero el principal consejo de la otorrinolaringóloga es consultar al especialista ante los síntomas descritos.

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