Ciudad de México.- En México, cada año cerca de 13 mil personas sufren algún tipo de quemadura, de las cuales más de mil de los casos es en población infantil, colocando al país en un nivel intermedio de ocurrencia de casos en países desarrollados y en vías de desarrollo.

En entrevista por el Día Nacional de la Prevención de Quemaduras en Niñas, Niños y Adolescentes, Mario Vélez Palafox, subdirector del Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados (Ceniaq) del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), “Luis Guillermo Ibarra Ibarra”, dijo que este tipo de daño en la población infantil puede ocurrir en cualquier momento y se da con mayor frecuencia en el hogar por accidente, por lo que recomendó evitar el acceso de infantes a lugares donde hay fuego o líquidos calientes; por ejemplo, la cocina.

El especialista informó que nueve de cada diez casos de quemaduras en infantes son por escaldaduras, es decir, por líquidos calientes como el agua, aceite y alimentos preparados. El resto son ocasionadas por fuego directo, descargas eléctricas o por contacto con químicos.

Las quemaduras más comunes en menores de diez años son por escaldadura y en mayores de esa edad, por escaldadura y fuego. Las zonas más afectadas son la cara, manos y antebrazos.

El Ceniaq brinda atención de emergencia y desde el momento en que llega la persona afectada se diseña el plan de tratamiento y de rehabilitación integral e individualizado para cada paciente, comentó el especialista.

El éxito del tratamiento en el caso de niñas, niños y adolescentes depende en gran medida del apoyo y apego de padres, madres y personas cuidadoras, porque el tiempo de recuperación está supeditado a la extensión de la piel quemada. Por ejemplo, si tiene 80 por ciento de afectación del cuerpo requerirá de cuatro a cinco meses de hospitalización, más el tiempo de rehabilitación posterior al alta, que puede durar varios años.

Agregó que una de las complicaciones clínicas en la atención de niñas y niños con quemaduras es que continuarán creciendo y debido a que la piel cicatrizada no crece a la misma velocidad, requerirán múltiples cirugías después del alta hospitalaria y seguimiento hasta los 20 o 21 años.

El especialista comentó que en temporada de vacaciones las quemaduras en niñas, niños y adolescentes se incrementan por su larga permanencia en casa, aunque reconoció que en el contexto de la pandemia por COVID-19, debido al confinamiento y las actividades académicas a distancia, no se ha reportado aumento de casos.

El avance tecnológico y la atención multidisciplinaria permite mejorar la supervivencia y calidad de vida de niñas y niños que sufren quemaduras graves y que hasta 90 por ciento de ellos se recupere luego de una intervención quirúrgica, afirmó el experto.

Hasta hace pocos años la probabilidad de sanar quemaduras graves en más de 60 por ciento del cuerpo, era apenas del 40 por ciento porque el tratamiento dependía de esperar a que la piel quemada se desprendiera por si sola y realizar injertos de piel sana tres semanas después.

“Hoy, el injerto inicia desde los tres días posteriores a la quemadura, lo que ha contribuido a la supervivencia de infantes”.

El tratamiento que se utilizaba anteriormente era a base de cremas y ungüentos para ablandar la escara (piel quemada); hoy consiste en nuevas técnicas para retirar la piel dañada con cuchillas especiales y llegar al tejido sano para poder injertar la piel en forma temprana. Este método, además, reduce el riesgo de complicaciones futuras en la niña o el niño.

Precisó que el Ceniaq está a la vanguardia en tecnología y personal médico. Además, cuenta con el único banco de piel certificado en toda Latinoamérica, e incluso con un helipuerto para el traslado oportuno de personas afectadas.

El Centro consta de diez pisos, cinco de ellos para investigación y cinco para quirófanos, hospitalización, terapias, intensivas e intermedias, ventiladores y equipo especializado necesario para el tratamiento de pacientes.

Además de pacientes pediátricos, el centro atiende entre 250 y 300 personas adultas por año.

Al hablar del banco de piel, dijo que funciona a partir de la donación de piel de donantes fallecidos y cuenta con ultracongeladores especiales para preservar indefinidamente este órgano hasta por cien años, por lo que es muy importante fomentar la cultura de la donación de órganos y tejidos en nuestro país.

El subdirector del Ceniaq señaló la necesidad de empoderar a las personas con la mejor información posible, ya que sólo entre cinco y diez por ciento de órganos donados corresponde a piel, e hizo un llamado a la sociedad a donar piel de la espalda, muslos y piernas, la cual puede ser utilizada tanto en población infantil como adulta.

La cantidad de piel en reserva en el banco es fluctuante debido a que se utiliza constantemente. Se estiman 800 mil metros cuadrados disponibles, cantidad insuficiente para mantener el flujo constante para el tratamiento de las personas que requieren un injerto.

El Ceniaq inició operaciones en enero del 2010 y atiende personas de toda la República mexicana, así como de Honduras y Guatemala. En poco más de una década ha atendido 180 niñas, niños y adolescentes, más de mil 500 personas adultas, sobre todo de zonas de bajos recursos de estados como Oaxaca y Chiapas. BP