#CrónicasMaternas: los incidentes con caca

Hay eventos que, en el momento, pueden parecer un caos, un motivo para romper en llanto o colocar la cereza del pastel a un mal día.

Con el tiempo (que sabio es) estos mismos eventos pueden resultar muy graciosos y adornar este momento que llamamos vida.

La Infanta está aprendiendo a dejar el pañal. He de confesar que ha sido una semana difícil, pero no de las peores. (Mentiras: siendo sincera, tuve una crisis de estrés al respecto el fin de semana, pero El Papá dijo “si avisa en la escuela que lo haga allá, en casa que lo haga poco a poco. No pasa nada si le pones un pañal” y fin del drama).

Entonces, de la semana que hemos intentado que haga en la nica sólo dos veces ha logrado hacer pis ahí. El resto de las veces avisa cuando ya se hizo o avisa porque le gusta la faramalla de correr al baño agarradas de la mano.

En fin. El martes pasado despertamos y llevé a la Infanta al baño para comenzar a trazar una rutina: despertar, pipí, cambiar. Ese fue el segundo día que medio le atinó a hacer pis: empezó en el piso y terminó en la nica.

Como la cosa iba bien y ya había terminado, decidí dejarla sin pañal un ratito, en lo que yo terminaba de maquillarme.

Estaba sentada en el comedor cuando me dijo “mamá, pipí”, pero como tenía prisa porque era un poco tarde y pasarían por nosotras a las 8:00, le dije “sí, ve al baño, bájate los pantalones y ahorita te alcanzo”. Me hizo caso, fue y regresó. Entonces asumí que todo bien, falsa alarma.

Después caminó frente a mí para ir por sus juguetes a la sala y me llegó un tufillo inquietante. “A mí se me hace que se hizo popó”. Le agarré las pompillas y no tenía nada.

Después se sentó frente a mí en el piso, se empezó a subir el pantalón por la pantorrilla (a veces lo hace para buscarse lunares o rayarse las piernas) y me dijo “mía mamá, mía” y me enseñó la mano llena de caca. Había caído directo a la pierna, al levantar el pantalón se salió por abajo y se embarró en todos lados.

Aventé las cosas y levanté a la Infanta del piso, la llevé a enjuagarse la mano (con agua helada, por cierto) y le saqué los pantalones. Para nuestra mala suerte, se embarró todo de regreso.

Como “la melcocha” estaba distribuida por la pierna tuve que enjuagar y lavar a La Infanta en el lavabo. Lloró mucho porque el agua estaba fría y le choca el agua helada. Fuimos al cuarto, pusimos cremita, pañal, ropa limpia y salvamos la mañana.

Ya con calma y todo limpio me dio risa. Me hizo recordar otro incidente de cuando era súper bebé, bebé, tenía aproximadamente cinco días de nacida o menos.

Yo estaba puérpara, en pijama, despeinada, a medio dormir y Polonio me acompañaba en la cama. Bebé estaba dormida en la cuna (que habrá usado dos o tres semanas) y se hizo popó., pero fue tanto que se desparramó por los costados del pañal.

Primerizos y novatos para entonces, le quité el pañal, la levanté (todo su cuerpecito cabía en mi mano [ay ya no le sigan que voy a llorar]), le limpié con toallitas húmedas y algo olvidé que tuve que moverme a buscarlo.

Apenas había dado un paso cuando empezó a hacer más popó en mi mano, escurrió por mi blusa (previamente manchada de leche materna), cayó a mi pierna y siguió hasta el piso.

Polonio me vio con asombro y solo atinó a pegarnos una toallita en la mano y aventar otra al piso (ahora lo entiendo, dormíamos poco, yo tampoco razonaba nada).

Polonio se puso a limpiar primero el piso y luego agarró otra toallita para limpiarme la pierna, mientras yo intentaba limpiar a bebé. Al final aplicamos un enjuague veloz de pompititas en el grifo del lavabo y después atendimos la caca en las demás partes.

Ahora lo recuerdo y me da más risa (nostalgia de la bonita también, pa’ qué me hago). Veo la escena en mi mente con un par de papás novatos intentando hacer equipo sin saber cómo, mensos de no dormir, hambriados, somnolientos, aislados del mundo y todos llenos de caca.

Hoy pienso que todo su cuerpo cabía en mi mano y hoy apenas cabe su patrulla. No ha sido mucho tiempo y, con todo, es una vida entera.

Ya, que me voy a poner a chillar otra vez.