COVID: MANTENER LA GUARDIA (Las cepas se multiplican con facilidad por aire, mar y tierra)

TAREA PUBLICA

Por: CARLOS OROZCO GALEANA

Estamos en el cuarto mes del año y se multiplicado  informes  de gobiernos y científicos  acerca de que el coronavirus está siendo controlado en todo el territorio nacional, caracterizado en su incidencia con un semáforo verde como distintivo de que las condiciones sanitarias han cambiado para bien. ¿ Será verdad tanta delicia y que, en efecto, entramos a una etapa eufórica  en que se frenará el número de contagios y muertes en forma definitiva ?

En la mayoría de ciudades, a estas alturas, ha llegado cierta tranquilidad por la percepción de que el mal ha diminuido; sin embargo, las poblaciones más prudentes siguen usando protecciones contra los contagios mediante cubrebocas aun en sitios abiertos. Y esto es particularmente positivo. No debemos confiarnos.

Expertos han afirmado que la pandemia está lejos de terminar tras dos años de padecerla. Marzo pasado se distinguió por registrar menos muertes  al sumar 4,867, cifra que contrasta con la de 2021 para el mismo mes, que ascendió a casi 33 mil muertes. El conteo señala que solo un 29.5% de la población tiene el esquema completo con refuerzos. Empero, quienes siguen el paso del virus, afirman que  hay evidencia de rebrotes por las nuevas subvariantes, principalmente en China donde se ha confinado a entidades de hasta 20 millones de habitantes.

“La pandemia   tiene tendencia a la baja en el mundo, pero países que han hecho labor de prevención especialmente los que apostaron por políticas de transmisión cercana a cero, como China, están teniendo problemas por no tener inmunidad natural”, explicó un experto en medicina interna e infectología, quien agregó que el virus no fenecerá hasta que ningún país deje de experimentarlo y sufrirlo

Aquí es donde entra esta magnífica recomendación para el gobierno mexicano: para evitar posibles repuntes, debe evitarse que entren al país personas con covid, situación que no  se controló los últimos dos años en que extranjeros de cualquier país, entre ellos muchos portadores, incluso procedentes de China o de la región lombarda de Italia donde covid cobró decenas de miles de muertes, llegaban sin ser revisados porque el gobierno apostó, como Suecia, a la inmunidad de rebaño, que por cierto no le funcionó a este país europeo. También, ha de promover la vacunación en personas mayores de 50 años cuyo refuerzo está por vencer en su cobertura ideal.

La otra recomendación, básica: debe seguir usándose el cubrebocas a pesar de que hay en México inmunidad natural y porcentajes notables en la vacunación. “Estamos al final de la cuarta ola, pero no de la pandemia”, consideró el Centro de Investigación en ciencias de la salud y biomedicina. Y la última opción: guardar la famosa sana distancia, de la cual no hay mucho que explicar.

Estamos pues en el umbral de lograr una convivencia cuidadosa con un poderoso virus que no morirá jamás, que solo se transformará. Será muy importante seguir asumiendo medidas cautelosas en el desarrollo de nuestras  actividades, cuidarnos entre todos, pensar en que la divisa es proteger al de enfrente como piensan y  hacen los japoneses. Es decir, pensar colectivamente, no individualmente.

Y si ya lo peor ha pasado en cuanto a la amenaza sanitaria, es tiempo de pensar en reforzar los sistemas de salud de todo el país, que padecen carencias graves en medicamentos,  en citas e intervenciones quirúrgicas  aplazadas, y hasta ubicaciones incorrectas de algunas clínicas cerca de ríos (Puebla e Hidalgo)  que  causaron muertes.

La mejor inversión que puede hacerse es en la mejoría de la salud de todos.  Nos causa pena que grandes sumas presupuestales de recursos  se destinen a las áreas de seguridad, que no funcionan plenamente. Es dinero tirado. Mientras los gobiernos no se decidan a gobernar con la ley en la mano, como lo está haciendo el joven presidente salvadoreño Bukele, que con un patriotismo no exento de efectividad está protegiendo a la población de los maras (que se cuentan por decenas de miles) a los que está aplicando una lección que no olvidarán jamás. Cierto, se violentan los derechos humanos de los violadores de la ley, pero si no los encierran seguirán asesinando a inocentes y robando y asaltando. ¿Qué es lo  preferido?

Todo puede reducirse a una idea o cuestión común respecto a covid: mantener la guardia en alto, lo que quiere decir extremar precauciones tanto en el exterior como al interior de los hogares, descartando las afluencias de visitantes a  los domicilios o teniendo las precauciones que amerite la cercanía de los contactos.

Pero por ningún motivo tiene que prosperar la noción de que el mal ya pasó y que se puede vivir como antes, pues la subvariante ómicron amenaza con propagarse con más fuerza  en USA y de ahí hacia acá la distancia es mínima.  Ya se probó, con las millones de muertes en el mundo,  que  virus como el covid y los que mutan tras él, se multiplican con gran facilidad, tanto por mar como por tierra y aire.

Los gobiernos deben mantener protocolos de seguridad en fronteras y lugares de acceso como puertos y aeropuertos hasta que los datos reflejen que el daño masivo se ha anulado por efectos de la vacunación o por la debilidad de las cepas. No antes. La alta responsabilidad del Estado obliga a hacer las cosas con  vocación humanitaria.