¿Cómo cuidar la alimentación de los niños en vacaciones?

Colima.- Si procurarles a los niños una alimentación adecuada durante la larga temporada de rutinas que es el ciclo escolar, en las vacaciones de verano la situación se complica para muchas familias, alerta la nutrióloga Fernanda Arteaga, quien en entrevista con AFmedios revela algunas estrategias para reforzar los buenos hábitos, e incluso para combatir otros que pueden dañar la salud.

“Para muchas familias, las vacaciones representan un problema en cuestión de cuidado de la alimentación, pero también son una oportunidad, puesto que existe una posibilidad mayor de estar al pendiente, incluso de enseñar cosas”.

En primer lugar, la especialista alerta de que las rutinas de alimentación suelen modificarse drásticamente: los niños se desvelan, ingieren más golosinas, incluso se les consiente con alto contenido de grasas, como pizzas y hamburguesas.

“Es básico mantener ciertas normas mínimas a la hora de las comidas; algunos niños suelen hacer actividades físicas intensas en esta época, como en los campamentos de verano; pero otros se sientan la mayor parte del día frente a la televisión o internet; y en ambos casos, aunque parezca contradictorio, se incrementa la ingesta de alimentos”.

La recomendación la nutrióloga es procurar tenerles a la mano siempre que se pueda refrigerios saludables, particularmente frutas, verduras, lácteos (aunque en este caso no conviene abusar, por los altos contenidos de azúcar).

La ingesta de agua es fundamental, tanto para recuperar los líquidos que pierden quienes hacen actividades físicas, como para facilitar la digestión a los más sedentarios; y el riesgo mayor que enfrentan las familias, explica Arteaga, son las bebidas azucaradas.

“El agua, el agua, el agua… Esa es la respuesta a muchos de los problemas de salud y obesidad que tiene este país; y de otras cosas, por supuesto, como beber agua insalubre, lo que causa infecciones y graves complicaciones. Pero en cuanto a nutrición, debemos encontrar estrategias para que los niños modifiquen el patrón de consumo de azúcar; es lamentable la cantidad de refrescos, jugos, e incluso bebidas ‘saludables’ como el yogur, que las familias les procuran a diario”.

En cuanto a la composición y la disponibilidad de la comida, refiere que se deben seguir las mismas reglas que en cualquier época del año: frutas y verduras en mayor proporción que el resto de los alimentos, cuantas más verduras, mejor (excepto las papas, que contienen grandes cantidades de carbohidratos), de preferencia crudas; proteínas saludables como las del pescado, las aves, los frutos secos.

“Una buena estrategia, que a muchas de las personas que he tratado les funciona, es integrarlos en las labores de cocina; obviamente, no ponerlos en riesgo con el fuego o instrumentos cortantes, pero sí hacerlos partícipes de la comida de una forma mucho más directa”.

Y en cuanto a las golosinas y comidas chatarra, recomienda limitarlas al máximo; no impedirlas del todo, pero ser muy conscientes de que deben ser la excepción, mas nunca parte de la vida cotidiana.

La nutrióloga recomienda que se procuren actividades recreativas en las que la actividad física esté muy presente.

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