TAREA PÚBLICA…

LUCHA CONTRA EL CÁNCER

Por: Carlos Orozco Galeana

Para Xico Delgado Amezcua, joven recto, colimense de bien.

Una de las formas en que la Secretaría de Salud proyecta la solidaridad social en favor de los colimenses es la prestación de servicios integrales de cancerología que otorga el Instituto que atiende esta área y que es dirigido por Aarón Jiménez Garnica.

El Instituto Estatal de Cancerología atiende incluso a personas procedentes de los estados de Jalisco y Michoacán y otorga servicios de hospitalización mañana y tarde para la cirugía programada, cuida el aspecto nutricional para que los pacientes mejoren su dieta, enfrenten mejor su tratamiento y se recuperen más pronto.

Precisamente, el próximo 19 de Octubre se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, con el fin de tomar conciencia de que todas las mujeres deben practicarse en edad temprana un diagnóstico para tener más opciones de que su aparición pueda erradicarse con menos problemas.

En este día se insiste en que un diagnóstico a tiempo es la mejor solución para las pacientes, porque según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 30 segundos en algún lugar del mundo se diagnostica un cáncer de mama.

El ITC, según se ha informado, es junto al Hospital General de México, la institución que atiende integralmente a los pacientes por cáncer de mama y es una de las obras públicas más importantes porque resuelve problemas causados por una enfermedad que origina miles de decesos. No hay mejor inversión que la hecha en salud. Cuando esta falta, las familias viven crisis interminables que solo parecen acabar cuando los pacientes fallecen tras luchar arduamente por vivir.

Ha de saber el lector que la medicina privada para atender el cáncer es bastante cara, los medicamentos curativos también lo son y muchas familias humildes no disponen de recursos para adquirirlos. La clase media puede darse en ocasiones el lujo, si así puede llamársele, de acudir a atenderse a otros estados, pero al final de cuentas, en tratándose de cáncer de mama, las consecuencias buenas o malas derivadas de sufrir este tipo de patología son las mismas aquí en Colima o en otro lado.

Ha de reconocerse el alto grado de profesionalización de quienes integran el IEC: doctores especialistas en oncología, pediatras oncológicos, nutricionistas oncológicas y enfermeras oncólogicas, todo un equipo humano que se coordina para atender a los pacientes y rescatarlos para una vida sana.

El cáncer es una enfermedad temible, agarra parejo, ataca a todas las partes del cuerpo humano, pero las estadísticas muestran que es el cáncer de mama y el llamado cervicouterino los de mayor incidencia. Sobresale el cáncer de colon, de próstata, de estómago, de ovarios y pulmón y leucemia, entre otros. A muchos nos ha tocado ver cómo sufren las familias cuando tienen un enfermo de cáncer, sienten como si todas las desgracias cayeran sobre los hogares pues la enfermedad cambia la vida a personas y familias.

Hace tiempo, un informe del Instituto reveló que hay una tendencia “ligeramente ascendente” en la aparición de la enfermedad, que la padecen un 65.89 de mujeres y un 34.20 de hombres. Leyendo las cifras, observé como dato curioso que en Minatitlán e Ixtlahuacán se registra una tasa cero en cánceres de tumores sólidos y leucemia en el período 2005/ 2012. Pero en el cáncer de mama, a nivel nacional se diagnostica 20 mil casos de los cuales se derivan 5 mil muertes, o sea un 25 por ciento de quienes lo padecen, en tanto en Colima se atienden unas 250 pacientes de las cuales en promedio mueren entre 20 a 50 mujeres por año, o sea entre un 10 y un 20 por ciento.

Bien por el Estado que vela por la gente, colimenses y no colimenses, y justifica su vocación de proteger a la sociedad. Quizás las labores del IEC  no gane las páginas de los periódicos, pero su contribución proyecta un auxilio vital para todos, principalmente para quienes no poseen recursos suficientes para costearse servicios en clínicas u hospitales privadas.

Es importante la continuidad en la intervención de asociaciones altruistas que coadyuvan en la lucha contra este mal haciendo difusión de los servicios y de las formas en que se debe prevenir el mal. Hay que contar lo bueno.