TAREA PÚBLICA

EL PROFETA MUJICA
CARLOS OROZCO GALEANA

La historia de la salvación registra un gran número de profetas como Elías, Jeremías, Ezequiel, Elías, Pablo, que hablaban a los pueblos con arengas para modificar su modo de vivir.

Si en algunas partes no les hacían caso y sacudían de sus pies el polvo para seguir su camino, en muchos otros lugares su palabra, que era la Palabra de Jesús, dio mucho fruto.

¿Se acabaron los profetas? Para nada, hay muchos por el mundo que siguen alzando la voz para que los pueblos despierten a una vida buena en la que todos seamos iguales y tengamos las mismas oportunidades y se respeten las leyes para que nadie abuse de nadie. En esas anda José Mujica, expresidente uruguayo que habla con absoluta claridad y libertad acerca de numerosos temas, entre los que destaca la conducta de los políticos dizque servidores públicos. Pocas semanas antes de entregar el poder, advirtió que los políticos que quisieran hacer plata que la hicieran dedicándose a actividades lícitas, que se la rajaran, como se dice, pero que no la buscaran en la política porque esta es para servir.

Ese arar en el desierto de Don José, tal vez inútil, se ha evidenciado en toda América y en nuestro país, donde hay un saqueo de los recursos públicos. En Brasil, sigue brotando la corrupción alrededor de la petrolera oficial Petrobras; en Argentina Mauricio Macri no logra convencer a sus gobernados que es un político limpio; en Chile, el hijo de su presidenta no aclara sus corrupciones y Maduro, en Venezuela, ya resulta insoportable. Y en México, hay casas blancas por doquier -es lo menos que hay- y andan huyendo hoy dos truhanes de alto rango, ratas los dos, Javier Duarte y Guillermo Padrés, exgobernadores que como muchos otros que andan por ahí, defraudaron el erario público y se enriquecieron impúdicamente. Bueno, estos señores por lo visto no trabajaban para sus pueblos, sino que su chamba diaria era robar. Ojalá pronto estén tras las rejas para que respondan por sus actos malignos contra sus pueblos.

Volviendo a Mujica, que vino a México en este mes, dijo que la política «no debe tomarse como una profesión», sino que debe ser «una pasión de compromiso» y «un elemento de la sociedad para ser felices». Es decir, la representación en la política debe ser tomada como un honor, no como un salvoconducto para delinquir apropiándose de lo que es ajeno.

«El interés que debe tener la política es el interés del honor, del cariño y del respeto a la gente», sostuvo ante periodistas latinoamericanos y universitarios que asistieron en Ciudad de México a la 72ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Mujica, quien gobernó Uruguay de 2010 a 2015, comentó que la política debería hacer que los políticos vivan como la mayoría de los ciudadanos y no como una minoría. Muchos políticos se ven como «estrellas» y creen que el puesto que tienen es para hacer dinero. Y no es así, señores. Si piensan eso, están en el lado incorrecto, en el lado de la corrupción y del mal.

Los mexicanos estamos hasta la coronilla por la corrupción. Está por dondequiera, como mala hierba; No hay camino bueno, pareciese. Por doquier hay quejas y coraje, mucho coraje, por el saqueo del dinero público, con lo cual está garantizada la desigualdad y la pobreza. Los políticos se han corrompido hasta el tuétano y no se diferencian gran cosa de aquellos que desde las cúpulas empresariales, siguen acumulando más ganancias asociados al poder. Dónde está uno honrado para ponerlo en un pedestal, que alguien me lo diga.

La corrupción no es atributo de un solo partido. Donde hay intereses en lance, ahí está el mal uso del libre albedrio. Mújica ha enamorado a sus audiencias porque es libre y fluye en él un espíritu de amor capaz de transformar las conciencias de muchos que usan a la política para beneficiarse y corromperse. ¡ Que Dios perdone a todos esos !