Colima.- Este circo tiene todo, todo lo que puedes imaginar, menos animales: hay payasos, acróbatas, malabaristas, magos, bailarinas y contorsionistas, todos talentosos y con impresionantes actos.
Este viernes 9 de enero, el Circo Solary debutó en Colima a las 18:00 horas, justo a pocas horas de que había sido promulgada la reforma legal que prohíbe el uso de animales silvestres en espectáculos en todo el territorio del país.
En Solary hay melancolía: las miradas penetrantes de felinos aún se ven en las imágenes de las taquillas; la caravana que lo anuncia desfila por las calles portando figuras de animales hechos con materiales sintéticos; y su dueño, el domador de fieras Armando Rangel, prefiere no hablar de los 24 tigres con los que compartió escenario por tantos años.
Pero en este circo, cuya carpa tiene aire acondicionado y alfombra, también hay esperanza: “El circo es un arte y el arte es cultura”, se lee al entrar a la carpa que transporta al mundo mágico de los artistas que llevan al máximo las habilidades y talentos humanos.
“Seguimos haciendo circo de la mejor forma que podemos, la idea es poder llevar nuestro arte a cualquier lugar”, señala Vladimir Avendaño, encargado de relaciones públicas del Circo Solary.
El encargado de la mercadotecnia de la empresa asegura que intenta no ver la diferencia entre el circo con y sin animales, pues su misión es entretener, y siendo profesionales del entretenimiento, deben hacer circo con las limitaciones o sin las limitaciones de la sociedad.
“Hacer el circo como hoy no es fácil: se gasta más, se invierte más, viene menos gente. Ahora en la taquilla, de cien personas que llegaron a comprar, 60 se fueron porque no traíamos animales. Fácil no es”.
Después de 25 años de que el principal atractivo de Solary eran sus impresionantes tigres de bengala, este es el primer año que se presentan sin animales.
Avendaño asegura que este periodo de adaptación va a llevar entre 15 y 20 años, tiempo apenas necesario para que la gente se acostumbre al circo sin animales. Augura tiempos complicados para este tipo de espectáculos.
“El negocio ha pasado de tener ganancias a no tener ganancias, por ahora. Sabemos que con el tiempo va a ir teniendo, pero es una época difícil. La empresa que no esté bien fundamentada no lo va a lograr”.
En Solary también hay incertidumbre, pues de él dependen 28 artistas que aparecen en escena y 96 empleados, pero prevalece la confianza en que hacer lo que aman atraerá cada vez a más personas y lograrán salir adelante.
Para el Circo Solary la realidad cambió: sus casi 60 animales (24 tigres, 16 caballos, cuatro camellos, ocho llamas y cuatro jaguares) ahora viven en la hacienda del dueño de la empresa, en Jalisco.
“Ahí siguen siendo cuidados. Somos de la idea de que no deben ir a ningún zoológico porque están acostumbrados a otro tipo de atención. Y liberarlos es lo peor que puedes hacerles”.
Además, la empresa tuvo que contratar nuevos actos: “Tenemos artistas extranjeros que se contratan en festivales, se contratan y se traen, pero debes tener el recurso para ello”.
Este circo tiene todo, todo lo que puedes imaginar, menos animales… y es impresionante.
Está ubicado en la Avenida Tecnológico, en Villa de Álvarez, a 200 metros de un conocido centro comercial.
Circo Solary ofrece funciones de lunes a jueves a las 19:30 horas; viernes y sábado, a las 18:00 y 20:30 horas; y los domingos, a las 12:00, 18:00 y 20:30 horas. Precios accesibles.
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