SOCIALIZANDO DATOS // Sin poder creer

Por Balvanero Balderrama García balvanero@gmail.com / @Balvanero.B

Hay sucesos que no se pueden creer.
En realidad, uno se niega, en un principio, a darlos por verdaderos.
Pero, la realidad se impone y ésta, muchas de las veces, supera la ficción, la más loca imaginación.

Sucede a la distancia y, a pesar de ello, los actos provocados por el ser humano -que de esto no parece tener mucho- nos sacude e interpela.
Pero, cada vez más, el círculo de la violencia -de todo tipo- se va estrechando o generando ondas que van llegando a todo el estanque.

No hay rincón en el cual la violencia no se haga presente: ciudades y pueblos, montaña, desiertos, al sur y al norte, calles y viviendas, carreteras y brechas.

Lo lejano se vuelve cercano: la barbarie, destrucción, no es alimentar el pesimismo, olvidar la utopía, el dar cuenta de esto que sucede; por supuesto que existen contrapesos, personas que viven como tales y tratan a las y los demás como iguales.

Por ello mismo, se nace necesaria la reflexión que lleve a dimensionar lo que sucede, a generar preguntas y buscar respuestas.

Recientemente, una noticia tomó estos tintes de incredulidad. El asesinato de una adolescente. No considero necesario entrar en detalles.

Pero, esto no es un hecho aislado en nuestro país; en el 2022 se registraron 314 homicidios de niñas y niños entre 0 y 13 años, con presencia estadística en todas las entidades. El 57 por ciento fueron niños y el 43% mujeres (INEGI, 2022).

El Estado de México tiene la incidencia más alta, con 70, y hay varios estados con un caso. Colima, registró tres (un niño y dos niñas).

¿Por qué? Podría ser la primera pregunta, y de ahí muchas más: ¿que nos falta? ¿cuáles son las opciones? ¿a quiénes compete? Faltan los cómos, los quiénes, los cuándo.

Hay otras opciones: ignorar, hacer que se hace, seguir en la dinámica, pensar que no me compete, la indiferencia, preferir no saber.

Históricamente las sociedades tienen sus problemáticas. Pero nos compete atender las de nuestro tiempo, lo que ahora sucede. Confío en que podamos contribuir, todas y todos, en que nuestra sociedad sea mejor de lo que ahora es.