SOCIALIZANDO DATOS / Dos mil veintitrés

Por Balvanero Balderrama García balvanero@gmail.com / @Balvanero.B

A +Jorge Horacio y su familia

Estamos aprendiendo a escribir la nueva fecha: día y mes, ahí van, cambia el avance inexorable de los años… ¿Cuántos van? Esta numeración que ahora tenemos en Occidente es por Dionisio el exiguo, allá por el S. VI, pero hay muchas más, distintas y también distantes.

Como se canta en cada época decembrina: otro año que queda atrás, mil momentos que recordar… El tiempo avanza y lo contabilizamos en minutos, horas, días, semanas, meses…

Lo que importa es lo que hacemos con ese tiempo, o lo que dejamos de hacer.

Se estilan los balances anuales, así como los propósitos que pretenden mejorar ciertas prácticas personales. ¿Y las prácticas sociales?
¿los propósitos en común? ¿lo que se puede y debe mejorar en nuestra sociedad?

En el país, INEGI contabilizó más de dos millones de personas voluntarias en instituciones sin fines de lucro. Cifra importante, pero que habría que dimensionar en el contexto del total de habitantes en México.

Entre la alegría y la tristeza, la esperanza y la zozobra, la emoción y el miedo, navegamos, avanzamos. Alegría por lo que tenemos, tristeza por lo que se pierde o se nos arrebata; esperanza por lo que pensamos será mejor y zozobra por las vicisitudes que se presentan; emoción por lo nuevos inicios y miedo al mismo ser humano.

Solidaridad y empatía, son mis deseos para ti y con quienes te relacionas. Solidaridad extendida, que traspase las fronteras familiares y de quienes sentimos cercanos, y se instale como una manera natural de ser entre todas y todos; empatía para sentir con las y los otros, que precisamente propicie a la primera.

No puedo dejar de pensar en aquella canción que invita a andar, también en aquella que abre y cierra la muralla, otra más que impele a dar la mano, y alguna otra que anima a caminar codo a codo, una más que invita a reivindicar y reivindicarnos.

Alegría, que no falte la alegría: por vivir, por vernos, por sentirnos, por amarnos, por brindarnos amistad, por compartir.
No podemos dejar de aportar a esta sociedad que es nuestra, a este terruño que es nuestro, en todos nuestros espacios relacionales.

Hagamos comunidad, que es lo único que nos puede impulsar a horizontes mejores.

En este incipiente 2023, mis mejores deseos para ti y que estos se multipliquen y extiendan como las arenas del desierto.