Reestructurar un crédito en México deja graves secuelas

La reestructura de un crédito en México deja graves secuelas. El lado oscuro de las renegociaciones con las instituciones financieras del país marca por cinco años el historial crediticio del usuario, y muchas de las personas desconocen esta consecuencia.

Además del costo económico en el caso de hipotecas, si el cliente vuelve a caer en impago, la mayoría de las instituciones inician de inmediato acción judicial para recuperar la garantía.

Laura Hernández es una de tantos casos donde la reestructura de sus deudas con los bancos no le resultó positiva.

Laura, quien es empleada del gobierno, tenía una deuda de 100 mil pesos en sus dos tarjetas de crédito. A pesar de que se mantenía al corriente, optó por reestructurar sus pasivos.

Se acercó al banco y acordó que del total de su adeudo sólo pagaría 70 mil pesos. No hubo firmas ni papeles de por medio; tampoco se renegoció el contrato de los plásticos.

Luego de liquidar el adeudo, un mes después, recibió su estado de cuenta en donde la entidad financiera le requería el pago de 20 mil pesos.

Laura no tenía forma de comprobar el acuerdo y terminó por saldar sus pasivos, con una consecuencia: una anotación en el Buró de Crédito que le duraría cinco años, que hoy le pesa, ya que ha solicitado un crédito para adquirir un automóvil pero se lo niegan.

Datos de la Asociación de Bancos de México (ABM) revelan que en los últimos tres años, cerca de 3 millones de personas reestructuraron su crédito ante la imposibilidad de pagar.

El incremento en la cartera vencida obligó a las instituciones financieras a ofrecer programas de reestructura que incluían descuentos en las tasas de interés o quitas en el adeudo.

De este total, 80% de los casos corresponden a tarjeta de crédito.

Luis Robles, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos de México (ABM), afirmó que siempre será mejor una renegociación que mantenerse en mora, aún y cuando hay una anotación en el Buró de Crédito.

El también directivo de BBVA Bancomer, comentó que las instituciones financieras y los otorgantes de préstamos consideran las reestructuras como «un acto de buena fé».

La reestructura es más barata

Carlos Castro, director corporativo de crédito de Ixe Banco, mencionó que los costos para las personas que se acercan a reestructurar son más baratos que cuando hay una renegociación forzada.

Aseguró que en el último año se observa una reducción de 50% en el número de reestructuras y a la par, los bancos en el país regresaron a la colocación de créditos y que los clientes empiezan a recuperar su capacidad económica.

Ricardo Solórzano, director de políticas y portafolios de crédito de Ixe, comentó que las personas que tienen problemas de liquidez tienen dos alternativas: reestructurar o caer en mora por impago.

El directivo aclaró que si bien en la reestructura se hace una anotación en el Buró, ésta no es tan grave como la que se registra cuando existe falta de pago.

Incluso, una reestructura se lee «mejor» que una quita, ya que en ésta última se afectó al banco, que absorbe el costo.

«Y por ello, lo más importante es liquidar el adeudo total, vía una renegociación», explicó Castro.

Marco Carrera, director de estudios de mercado de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), mencionó que en términos económicos, las reestructuras sí implican costos debido a que se tienen que hacer nuevos contratos y en el caso de las hipotecas se debe acudir ante un notario público para modificar el contrato.

«Pero pese a ello, es mejor redocumentar que no hacerlo; ya que con el tiempo la deuda se vuelve poco manejable y impagable», dijo.

En el caso del Buró de Crédito, coincidió que es preferible el antecedente en el historial crédito de que el acreditado empezó a reestructurar su deuda.

No obstante, la anotación en el Buró de Crédito quedará seis años «y es conveniente que las personas verifiquen que la anotación es de redocumentación».

Luis Fabre, vicecepresidente de la Condusef, comentó que esta dependencia sigue de cerca todos los procesos de reestructura de los usuarios de la banca mexicana, sobre todo en aquellos casos en donde no se respetaron los términos del contrato o de los que cayeron en una segunda moratoria de pago.

Recordó que la Comisión abrió la posibilidad de mediar con los bancos para facilitar y agilizar las renegociaciones de créditos. Y en los meses en los que la Condusef apoyó las reestructuras, que fue cerca de un año, se recibieron alrededor de 145 mil solicitudes.

Fabre insistió que en una redocumentación es necesario pactar por escrito los términos del acuerdo, debido a que muchas veces la renegociación con las instituciones financieras ser realiza a través de una llamada telefónica.

El vicepresidente de la Condusef manifestó que en los últimos meses se observa una disminución considerable en el número de renegociaciones, debido a que los clientes empiezan a tener mejor capacidad de pago y los bancos son más cautelosos en la colocación de financiamientos, tras la crisis.

¿Y los deudores?

Uriel Vargas, vocero de El Barzón, denunció que hay un aumento en el número de acreditados que reestructuraron su crédito y volvieron a caer en morosidad.

«Esto indica que la redocumentación no sirvió para nada y que es insuficiente para finiquitar las deudas», aseveró el representante popular.

Precisó que si bien la mayoría de las reestructuras bancarias se concentran en los adeudos de las tarjetas de crédito, «la preocupación se concentra en hipotecas, automotriz y préstamos de pequeñas y medianas empresas».

Advirtió que una vez que un cliente renegocia el préstamo para la compra de casa, «al primer incumplimiento, el banco inicia el juicio para adjudicarse la garantía, en este caso el inmueble».

El vocero de El Barzón mencionó que las personas deben buscar una reestructura, pero para liquidar en su totalidad su adeudo con la institución financiera.

La Asociación de Bancos de México aclaró que cada institución aplica sus propias políticas de renegociación con los deudores hipotecarios, por lo que no hay ningún esquema generalizado.

Mayor vigilancia

Hace unos meses, el Congreso aprobó diversas reformas a las leyes financieras que buscan eliminar abusos y transparentar la actividad de los sistemas de información crediticia (burós de crédito).

Con estas reformas, quienes cuentan con un financiamiento bancario, o de alguna otra empresa, recibirán un reporte con la información de los créditos que tengan en cualquiera de las dos sociedades que operan en el país.

Además, existe la intención de mejorar los procedimientos de «borrado», para ello, se facultó a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) a supervisar este procedimiento.

En las disposiciones se otorga potestad a la CNBV para aplicar sanciones, que van de los mil hasta 15 mil días de salario mínimo, a las sociedades que incumplan con la ley.

Las multas se aplicarán cuando la sociedad, la entidad financiera o sus funcionarios o empleados violen el secreto financiero u omitan compartir la información a otros burós de crédito.

Cuando la falta sea mayor, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores suspenderá la actividad de la sociedad.

Ante el aumento en la cartera vencida y en las renegociaciones, surgió en México la figura de las Reparadoras de Crédito, cuya función es mediar entre los acreditados e instituciones financieras.

En Estados Unidos existe la Credit Repair Organizations Act que regula a este tipo de entidades y tiene como objetivo evitar que el usuario sea objeto de abusos al tratar de solucionar sus problemas o deudas con estas entidades.

Recomiendan no endeudarse

Para evitar sobreendeudarse es necesario que la persona realice su presupuesto de manera real y objetiva.

Marco Carrera, director de Estudios de Mercado de la Condusef, comentó que es primordial analizar los ingresos, egresos o gastos, y a partir de ahí, determinar el diferencial o margen de que dispone el usuario para llevar un mejor control de sus tarjetas.

Precisó que es común observar que la capacidad de pago de los acreditados sólo alcanza para cubrir los mínimos, «y en este caso se requiere buscar pronto una solución con las instituciones».

Ofrecen bancos sus planes

Por lo menos 10 bancos mexicanos ofrecen esquemas de reestructura de créditos para evitar un crecimiento en la cartera vencida en el país.

Intermediarios como Bancomer, Banamex, HSBC, Banorte, Scotiabank, Inbursa, Ixe, banco Azteca, entre otros, se sumaron a la oferta de esquemas para renegociar los préstamos.

Estos esquemas continúan vigentes. En la mayoría de los casos se ofrecen quitas en el adeudo o planes a plazo y tasas fijas a los usuarios.

Sin embargo, en el tiempo que dura la renegociación, se congela la tarjeta de crédito, es decir, el usuario no puede disponer del plástico hasta pagar totalmente su adeudo con la institución.

Hace unos meses, Guillermo Babatz, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), consideró que los esquemas de reestructura deben ser «permanentes».

De hecho, desde el segundo trimestre de 2006, el Buró de Crédito implantó un nuevo modelo que permite analizar el comportamiento de pago de los deudores de la banca y mediante un esquema estadístico puede comparar a un individuo con otros y hacer sus proyecciones y evaluaciones de forma independiente, de tal manera que determina si el usuario puede tener o no acceso a otro crédito. Esto ha permitido disminuir los rechazos en las solicitudes de nuevos préstamos a través de estrategias crediticias.

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