PUNTO DE VISTA

LA NOTA ROJA II

Por: Hugo Sandoval Ramos

La nota roja es uno de los géneros periodísticos más delicados y malinterpretados, a pesar de que si se hace como es, resulta ser tan solo una descripción según la visión del escritor de hechos que por si mismos llaman la atención, además tiene mucho de creación literaria novelesca, aunque la realidad supera en mucho a la ficción.

Según el comunicólogo José Luis Arriaga Ornelas, “En una acepción general, la nota roja es un genero informativo por el cual se da cuenta de eventos (o sus consecuencias) y en los que se encuentra implícito algún modo de violencia –humana o no- que rompe lo común de una sociedad determinada y, a veces también, su normatividad legal. Ahí caben los relatos acerca de hechos criminales, catástrofes, accidentes o escándalos en general, pero expuestos según un código cuyos elementos mas identificados son los encabezados impactantes, las narraciones con tintes de exageración y melodrama, entre otros”.

Aun cuando la capacidad de asombro de la población se mantiene, la información que se recibe día con día a través de los medios ha cambiado para la expectativa de quienes reciben las noticias. Lo novedoso, lo atractivo, es hoy muy diferente a lo que nos atraía antes, pues las acciones multiplicadas de una sociedad deteriorada en sus valores ha convertido en lugar común cualquier muerte por sangrienta o multitudinaria que sea. La constante tragedia de Ciudad Juárez que en un abrir y cerrar de ojos paso de ser la ciudad en donde mujeres jóvenes desaparecían, para algunas, ser encontradas muertas con señales de violencia sexual, a ostentar el primer lugar de enfrentamientos que tienen que ver con el crimen organizado en una guerra confusa y hasta ahora inútil, en donde la muerte de personas inocentes es cada vez mas común, sin que se logre detener tan peligrosa dinámica que ha puesto en peligro a todo el mundo, tenga o no que ver con los mañosos de cualquier lado. Pero la recurrencia de lo que sucede ahí y en otras ciudades de la republica, ha convertido desafortunadamente, en un lugar común el escuchar que mataron a muchos, que decapitaron a otros o que levantaron a varios mas.

Las tragedias como tal, no siempre permanecen en la memoria colectiva, a pesar de la cobertura que pudieran tener en los medios de comunicación, la forma en como es tratada la información determina como son asimilados los datos; pareciera que la tendencia es tratar la noticia como si fuera un juego de ping pong, de información general sobre una tragedia a la nota roja como tal, con todos sus ingredientes. El incendio de la guardería de Hermosillo en Sonora, donde una importante cantidad de infantes perdieron la vida calcinados se convirtió en sus propias etapas que recorrieron la tragedia en nota roja, con una primera consecuencia en el juicio general llevado a cabo por la sociedad en general sin tener mucha información, hasta llegar al nivel político en donde fueron y son muchos los que han salido afectados por lo sucedido, aun cuando no se tenga, de manera oficial, uno o varios culpables. De lo anterior queda el pesar y el repudio hacia las autoridades que aun siguen vigentes y que por ello, son intocables, a pesar de su culpabilidad evidente, los procedimientos continúan y la gran importancia que tiene el castigar a quienes propiciaron con sus acciones lo sucedido, solo se le da un seguimiento eventual que pareciera, si es que no lo es, convertido así por ordenes superiores.

Es por esto ultimo, entre otras cosas, que la nota roja tiene una gran utilidad para tapar acciones que no se quiere que se sepan directamente o en el momento, no porque lo que genera la información sea fabricado ex profeso, sino por la oportunidad en que suceden las cosas para privilegiarlas en materia de información.

La historia de actualidad que trata de la muerte de una niña inocente, ha sido desmembrada en capítulos que mantienen entretenida a la sociedad que por si misma ha sacado ya sus conclusiones, ha enjuiciado y condenado a las o los supuestos culpables y a estas alturas tiene acaparado todos los ingredientes de una historia salida de la mente de Agatha Christie, con la gran diferencia que es la realidad rebasando fronteras y la capacidad de asombro de las personas. En términos breves, sin restar importancia a la vida apagada de una niña, la historia inicia cuando la misma es secuestrada casi casi por un fantasma, pero al parecer al fantasma se la paso la mano, esta muere y es regresada a su casa y el fantasma no encontró mejor lugar en donde poner el cadáver, que instalarla bajo su cama. En principio convocados por los propios familiares, los medios encuentran una excelente historia que explotar y por supuesto, al darle el tratamiento adecuado, el rating se va a cielos, los periódicos venden todo lo que hace mucho, ni con tantos muertos, vendían y la historia sigue dando material para mantener entretenida a una sociedad que no debe pensar en la inseguridad, en el aumento de la gasolina, en el desempleo y en todo lo que nos afecta directamente y que también nos mata. La nota roja tiene una gran utilidad que también evidencia la destreza de nuestras autoridades para volver más misterioso cualquier caso que en su complejidad confunde a nuestros investigadores a tal grado que tienen que importar al fbi para aclarar lo enlodado.

La polémica crece y la discusión ya va en la etapa de si es valido el circo mediático montado en torno al caso de la niña ahora muerta, o si hay un sobreexplotación de la información con fines no muy claros o tendenciosos; o bien, el trabajo realizado por los comunicadores y sus empresas es valido y es justo lo que se necesita para poder combatir la inseguridad, pues los niveles de atención logrados sirven para evitar un carpetazo rápido por parte de las autoridades y con ello, la esperanza de que el asunto sea resuelto y se castigue a los culpables por su crimen y sirva como ejemplo para una población que cada vez mas desconfía de quienes supuestamente los protege.

El descontrolado crecimiento de hechos delictivos ha cambiado el orden de la información, manteniendo en primera plana la nota roja que ha desplazado desde hace algún tiempo a la información general y hasta la información política que era privilegiada en un pasado no muy lejano. Pero la repetición constante de hechos sangrientos, escandalosos y trágicos han propiciado que lo que ha sucedido carezca de verdadera importancia para la generalidad, pues no termina uno de lamentar lo ocurrido en una fiesta de Ciudad Juárez, cuando aparece otro escándalo que nos entera de la muerte por “confusión” de dos estudiantes de excelencia del Tec de Monterrey, brincando la información hasta la muerte de la niña y ya sin fuerzas para tantos eventos extraordinarios, el terremoto de Mexicali.

Lo criticable de esto no es que se haga, sino como se hace, pues las tendencias, las políticas y los compromisos han cambiado la historia de cada día en innumerables ocasiones y finalmente son humanos quienes realizan la tarea de describir las acciones de otros seres humanos. Hay una carencia de verdad y de buenas intenciones, el mercantilismo y el sensacionalismo a ultranza han aprovechado la curiosidad y el deseo de saber para convertir a buena parte de los medios, en un circo de varias pistas en donde la diversión y los payasos han sido reemplazados por delincuentes y otra clase de payasos.

El periodista polaco Ryszard Kapuscinsky dice que “Para ejercer el periodismo ante todo hay que ser buena persona, los cínicos no sirven para este oficio”. Desafortunadamente muchos cínicos son los que nos alimentan con la información diaria y solo obedecen al mejor postor. Además, entre la nota roja y la información política solo queda una delgada línea que es rota según la conveniencia de quien da las ordenes.

 

 

PUNTO DE VISTA

 

Nada nuevo se vislumbra en el cambio de la dirigencia panista porteña, quien gane solo cumplirá con la directriz de los mismos de siempre, por ahora enfrentados, pero cercano el momento, en la misma foto.

 

hugosandoval_ramos@prodigy.net.mx

 

 

 

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