María Clemente: la violencia verbal no es cuestión de percepción

EL ARCÓN DE HIPATIA
Por: Saraí AGUILAR ARRIOZOLA

Cada quien se asume como mejor le parece, bien dicen. Y esto lo aplicó a la perfección la diputada por Morena, María Clemente García.

“Yo sí, yo sí me asumo, soy una perra del presidente Andrés Manuel López Obrador”, presumió la morenista.

Esto lo dijo posterior a ser señalada en un video que circula en redes sociales, en el que se ve a García llamando “amarren a sus perras”, “mugrosa”, “naca”, “pobre” y “enana” a otras legisladoras de la oposición.

Pese a la evidencia grabada, la morenista negó que le hubiera dicho “perras” a las legisladoras: “Me parece que se están poniendo el saco, que nadie les dijo eso, pero si ellas creen así, o así se sienten, ese ya no es un problema mío”.

Y si bien después añadió contexto de que defendía como “perra” la 4T, al parecer la diputada poco o nada conoce de la lucha histórica de las mujeres contra la estigmatización por medio de nombres de animales de forma despectiva.

“Zorra”, “perra”, “cerda”, “víbora”, “cerda”, “está pariendo como coneja”, “parece gata en celo”, son tan solo algunos de los insultos especistas misóginos con que las mujeres lidiamos día a día.

Pero para la diputada, sentirse aludidos es cuestión de percepción.

Esto puede ser señalado como especismo. Según la RAE, se entiende como “la discriminación de los animales por considerarlos especies inferiores”. Y si bien es de uso generalizado el ofender de esta forma, y hay insultos homófobos y clasistas, esto se recrudece cuando de mujeres se trata.

Sería conveniente que la diputada conociera la incidencia y repercusiones de la violencia verbal, que “es aquella en la que se pretende dañar a otra persona con un mensaje o un discurso. Puede contener insultos o palabras tabú, ya que para producir malestar psicológico no es esencial utilizar esa clase de recursos.

Puede producir ansiedad y busca dañar la autoestima y la imagen de la otra persona” (CuentaNos.org).

De hecho, la violencia verbal en un escalón previo a la violencia física. Según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021 del INEGI, al menos el 39.9% de las mujeres de 15 años o más han sufrido violencia a lo largo de su actual o última relación. El tipo de violencia que predominó, en situación de pareja, fue la psicológica con 35.4 por ciento.

Este tipo de violencia está definida así por la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en su Artículo sexto: “Cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso al suicidio”.

Pero bueno, para la diputada estas mujeres solo deberían cambiar su percepción y no sentirse vulneradas… buena recomendación para las miles de mujeres que terminan muertas a manos de violentadores.

¿Ve, diputada como no todo es autopercepción?

 

Columna publicada con la autorización de Saraí AGUILAR