La pesadilla: nueva temporada

Por: Juan Carlos Yáñez Velazco
10.01.2022

Lo sabemos. Lo supimos tiempo atrás. Venía otra ola de contagios. El mundo ya estaba en predicamentos. Europa, China, Estados Unidos: contagios masivos.

Aquí, como suele ser práctica oficial, se presumió el fin de los riesgos, se minimizaron consecuencias.

El apareamiento de actitudes gubernamentales y ciudadanas produjo relajamiento, fiesta, desmadre, amontonamientos. El resultado era inevitable. Lo sabíamos. Sucedió.

Hoy domingo despertamos con un nuevo récord de contagios en México. Más de 30 mil casos oficiales. Pero, como sabemos, esos 30 mil son nada más una parte. ¿Cuántos contagios realmente ocurrieron ayer? Imposible saberlo. ¿Cuántos habrá hoy, mañana, pasado?

Oficialmente ya son más de 300 mil muertos por la pandemia, aunque, como también sabemos, la cifra real es mayor. Las estimaciones por el exceso de muertos supera ampliamente esa cantidad. Ahí están los otros datos.

Como la pandemia, la epidemia de incapacidad crece. La declaración del Gobierno de la Ciudad de México es antológica. Que quien tenga síntomas ya se asuma como positivo, se aísle y llame a sus contactos. Ah, y que llame a Locatel sólo si es necesario. ¡Para qué hacer pruebas! ¡Para que hacer un trabajo serio!

Los efectos en educación son imparables. Leo que la Universidad de Guadalajara postergó la decisión de la vuelta a clases presenciales hasta la segunda semana de febrero. Aguascalientes suspendió clases presenciales. Tamaulipas se autodeclaró en semáforo rojo.

En Colima el sábado hubo 197 casos detectados. Recalco: detectados. No hay información sobre sus consecuencias en educación. ¿Todo está muy bien?

La lógica social del virus la conocemos. Lo supimos hace mucho tiempo. Entre más se mueve la gente, más se activa y contagia el virus.

¿Cómo y cuándo pararemos la pandemia del coronavirus y la epidemia de incapacidad e irresponsabilidad?