LA DETENCIÓN DEL GENERAL

A PROPÓSITO 
Por: Fernando MORENO PEÑA

Primera parte

Fue considerado un hecho insólito la detención en el aeropuerto de los Ángeles, California, del General Salvador Cienfuegos, como también fue considerado insólito que el gobierno norteamericano retirará todos los cargos de que acusaba al exsecretario de la defensa.

Cuando se supo de la detención el pasado 15 de octubre, el gobierno federal lamentó el hecho, pero lo puso de ejemplo “de la descomposición del régimen neoliberal” y una muestra del narco gobierno en regímenes anteriores.

El presidente López Obrador anunció con motivo de la detención, que pediría al gobierno de E.U. información sobre “las operaciones de complicidad” del general Cienfuegos, lo que permitiría abrirle una investigación en la Fiscalía Federal, pues no había al momento ninguna investigación abierta.

El presidente AMLO declaró que así cómo se habían depurado los mandos policiacos con la detención de Genero García Luna, se haría una limpia en la Sedena para dar de baja a quienes había sido allegados al general Cienfuegos y evitar que por el desprestigio de unos se demeritara una institución como el ejército mexicano.

La detención del general molestó a los mandos del ejército mexicano, al igual que generó enojo e indignación en muchos militares las declaraciones del presidente AMLO y las de miembros de Morena, que vieron en la detención del general un filón electoral para desprestigiar a la oposición; o sea, a Morena esta detención le cayó como anillo al dedo.

La declaración de AMLO de que la embajadora Bárcenas le había informado que sabía de fuentes confiables, de una investigación contra el general Cienfuegos y su posible detención, 15 días antes de que este hecho sucediera, esto evidenció que el gobierno norteamericano no tuvo confianza al gobierno de México de compartir oficialmente dicha información, pero, por otra parte, la molestia de los altos mandos del ejército es de que nada se hizo desde el gobierno para evitar la deshonra del general Cienfuegos.

Conocidas las causas de la detención, quedó en claro que las pruebas que soportaban la detención del general Cienfuegos, carecían de la fuerza suficiente para procesarlo. Además, las pruebas en su contra fueron obtenidas en México de manera ilícita.

Considerar que un exsecretario de la defensa nacional, confiadamente mantenía conversación telefónica con un aparato BlackBerry no encriptado, con un narco de tercer nivel e identificadas las llamadas por testigos protegidos, detenidos en E.U., carecían de toda capacidad probatoria.

La detención 18 días antes de la elección presidencial, hizo suponer a algunos que el presidente Trump buscaba un apoyo electoral en su discurso antimexicano y reforzar su narrativa sobre la corrupción en México y sus autoridades. No le alcanzó a Trump para ganar.

Otros supusieron que había un malestar en el ejército y que era necesario acallar la inconformidad militar que, decían, era alentada desde el mismo ejército por exmandos y que se pactó con el gobierno de Trump “un estate quieto” en la emblemática persona del general Cienfuegos. Se especuló también la ayuda que el presidente Trump daba al gobierno del presidente AMLO de hacer evidente la corrupción de los gobiernos anteriores y fortalecer con esta detención su narrativa contra la oposición y además, crear un nuevo distractor mediático.

La presión de los militares para esclarecer la detención del general Cienfuegos, el malestar de los mandos militares y los cuestionamientos a la integridad y honorabilidad del ejército mexicano, empezaron a crecer una vez que pasó la sorpresa de la detención.

Diversas voces de la sociedad y de los partidos políticos, incluidos algunos de Morena, como el senador Ricardo Monreal, comenzaron a exigir se conocieran las causas reales de la detención, el valor de las pruebas y de la acusación.

Así, el canciller Marcelo Ebrard hizo público el deseo del gobierno mexicano de exigir explicaciones al gobierno norteamericano y hacer patente su inconformidad por no compartir la información de la investigación y por violentar los acuerdos de cooperación entre ambos países en materia de seguridad y delincuencia organizada.

El presidente AMLO dio un giro, por fortuna, a sus declaraciones iniciales y exigió al gobierno norteamericano esclarecer los hechos y entregar la información que motivó la detención y que alertaron al gobierno mexicano sobre la fragilidad de nuestra seguridad, al hablarse de grabar las llamadas telefónicas de un secretario de la defensa, pues lo mismo pudieran grabar al propio presidente de la república.

La detención del general y los cuestionamientos al ejército, ponían en entredicho la estrategia del presidente AMLO, dado el importante encargo gubernamental a los militares, en todo tipo de actividades ajenas a las propiamente militares, pues si AMLO confiaba muchas y nuevas responsabilidades al ejército, era por su eficacia y demostrada honestidad, el desacreditar a quien fuera el comandante del ejército, golpeaba la confianza del presidente hacia los militares.

La duda de muchos mexicanos sobre la detención del general Cienfuegos, sobre el por qué el presidente Trump da un fuerte golpe al ejército mexicano, cuando por instrucciones del presidente AMLO se ha puesto al servicio de la política migratoria de Trump a un tercio de la guardia nacional, integrada mayoritariamente por militares, que se sintieron agredidos en su integridad de cuerpo militar.

Si el presidente AMLO acudió a invitación de Trump a la Casa Blanca en el marco de la campaña electoral, con lo que se mandó un mensaje de respaldo a su reelección, entendido así en la clase política mexicana y también entre los políticos del partido demócrata, cómo explicar este golpe de Trump al ejército mexicano y al propio presidente AMLO, al causarle fricciones y molestias entre los militares y el gobierno.

El otro general

El siguiente texto lo publiqué en este espacio el pasado 19 de octubre.

“La detención del general Salvador Cienfuegos Zepeda en E.U. ha sido un duro golpe para el ejército mexicano, este lamentable hecho no debe ser pretexto o motivo de denostación a gobierno o a partidos políticos; primero, porque no se han hecho públicas las pruebas que sustenten su sorpresiva detención por las autoridades estadunidenses.

El general Cienfuegos no era un general de Peña Nieto, ni un general de Felipe Calderón, los generales en México son generales del Ejército Mexicano y no tienen filiación partidaria ni matricula política, son militares de carrera que durante más 40 o 50 años, sirven al pueblo de México desde las filas del ejército y nunca desde las filas de un partido, su militancia es con México y los principios que defienden son los que establece la Constitución General de la República. Adelantar vísperas no es lo recomendable como lo dijo el presidente López Obrador, esperemos las pruebas, porque en el banquillo de los acusados en la Corte de New York, estará siendo acusado no únicamente el general Cienfuegos, sino la integridad del ejército mexicano ante la acusación de haber sido infiltrado por la corrupción y el narcotráfico.

La detención y acusación en contra del general plantea muchas interrogantes y muchas dudas, con diferentes respuestas y suposiciones de acuerdo con la posición política de los que apoyan al gobierno federal o de quienes están en contra de AMLO.

El presidente AMLO está en todo su derecho de exigir que le entreguen las pruebas que supuestamente sustentan la acusación, antes de hacer una purga en el ejército que lo divida, que lo confronte y que lo irrite, sino se le cuida a tan noble institución, que merece el respeto de todos los mexicanos”. No me equivoqué.

El regreso del General

El gobierno de AMLO corrigió su postura original sobre la detención del general Cienfuegos al pretender politizar su detención en E.U.

Con el cambio y al lograr la liberación del general Cienfuegos de la justicia norteamericana, el presidente AMLO consiguió un buen triunfo diplomático, bien operado por el canciller Marcelo Ebrard.

Próximo lunes, segunda parte.