Decenas de personas murieron el viernes en un incendio y otras por disparos durante los enfrentamientos entre grupos partidarios y opositores de Rusia en las calles de Odesa en Ucrania, en la costa del mar Negro, lo que abrió un nuevo frente en el conflicto en el dividido país.
En el este de Ucrania, separatistas prorrusos derribaron dos helicópteros militares ucranianos que participaban en una operación para intentar desalojar a los rebeldes de sus bastiones en la ciudad de Slaviansk.
Los separatistas dijeron que soldados ucranianos mataron a tres de sus combatientes y a dos civiles cuando ingresaron a Slaviansk, mientras que el Ministerio de Defensa dijo que dos tripulantes de los helicópteros derribados y otros dos oficiales murieron cuando los separatistas los atacaron en la tarde del viernes.
«Los fuertes enfrentamientos continúan», dijo el Ministerio en un comunicado.
El este de Ucrania ha sido foco de preocupación en las capitales occidentales desde que Moscú le arrebató a Kiev en marzo la provincia de Crimea, donde la mayoría de los habitantes habla ruso.
En Odesa, no muy lejos de Crimea y donde también hay una mayoría que habla ruso, había habido enfrentamientos antes pero sin muertes.
La policía dijo que tres personas murieron por disparos y que decenas resultaron heridas al huir de los combates entre partidarios de Kiev y activistas prorrusos en la ciudad. Otro hombre murió más tarde y 31 personas perecieron por un incendio en el edificio sede de un sindicato. Los enfrentamientos se extendían hacia la noche.
Un reporte inicial de la policía había entregado una cifra de 38 fallecidos en el incendio, la que posteriormente fue revisada.
El portavoz del presidente ruso Vladimir Putin acusó a Kiev de disparar contra civiles desde el aire en una «acción punitiva» que estaba minando el plan internacional de paz para la región.
REPORTES CRUZADOS
Moscú tiene decenas de miles de soldados apostados en la frontera y ha reclamado su derecho a invadir el este de Ucrania si los habitantes de habla rusa son agredidos.
Kiev dijo que los misiles que derribaron sus helicópteros era una evidencia de que las fuerzas rusas estaban en la ciudad y que «saboteadores armados» rusos habían intentado ingresar al país durante la noche, pero que fueron repelidos por las tropas de la frontera.
Moscú niega cualquier vínculo con los rebeldes y su Servicio de Seguridad negó la veracidad del reporte.
Kiev dijo que se vio obligado a actuar debido a que Moscú estaba apoyando a grupos en el este de Ucrania que ponían «a los civiles en peligro, tomando rehenes y creando una atmósfera de terror y violencia».
Periodistas de Reuters en Slaviansk escucharon disparos y vieron a un helicóptero abrir fuego antes del amanecer. Ya avanzado el día, la ciudad estaba mayormente tranquila, con tiendas cerradas y separatistas armados en control de las calles.
Las fuerzas ucranianas en vehículos blindados avanzaron y se posicionaron en los suburbios, aunque los rebeldes mantenían el control de la ciudad de unos 130.000 habitantes.
El presidente en funciones de Ucrania, Oleksander Turchinov, dijo que la operación se había complicado porque los rebeldes utilizan escudos humanos.
El creciente caos está empañando el camino a las elecciones presidenciales que los líderes en Kiev planificaron para el 25 de mayo.
Moscú se anexó Crimea tras la destitución del presidente ucraniano prorruso en febrero, ante fuertes muestras de protestas por su decisión de desechar un acuerdo comercial con Europa.
