Ciudad de México.-El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) comparte recomendaciones para los pacientes en proceso de recuperación en casa, después de la hospitalización por COVID-19, o para quienes estén aislados en su hogar y lleven un tratamiento con las indicaciones de su médico.

Para disminuir el riesgo en casa y en la comunidad, es necesario cumplir con ciertas medidas, como permanecer aislado en una habitación y, de ser posible, con un baño exclusivo para el paciente, explicó la doctora Martha Irazema Cárdenas Rojas, encargada de la Jefatura de Servicios de Prestaciones Médicas en la Oficina de Representación Colima del IMSS.

Resaltó la importancia de que el paciente mantenga una sana distancia con quienes habitan el hogar, además de practicar el lavado de manos con agua y jabón constantemente, sobre todo si se presentan fluidos nasales, estornudos o tos.

Cárdenas Rojas refirió que mientras persista la tos y estornudos, el cubrebocas debe cambiarse las veces que sea necesario, en especial si se humedece. Si debe salir a revisión médica, también debe llevarlo, y éste debe cubrir perfectamente nariz y boca.

Así mismo, recomendó evitar compartir artículos de uso personal; asignar platos, vasos, tazas, cubiertos, toallas y ropa de cama sólo para uso exclusivo del paciente.

También es importante limpiar y desinfectar las superficies de alto contacto, es decir, todas aquellas que alcancen las manos, como superficies de habitación, cuarto de baño, perillas de puertas, sillas, mesas, entre otras, detalló.

La especialista sugirió que para limpiar las superficies se utilice una solución desinfectante económica, que consiste en 990 ml de agua, por 10 ml de cloro, que sirve para desinfectar trastes y muebles, sobre todo los de las habitaciones, como la cabecera de cama, el buró y la mesa donde come el paciente.

En el caso de la ropa de cama y la que usa el paciente, deben lavarse con agua y jabón, y es suficiente para que se vuelva a utilizar, porque el virus se desintegra con dichas sustancias.

Mencionó que la familia debe vigilar que el paciente en recuperación no presente fiebre, dolor de cabeza, tos y, sobre todo, dificultad para respirar. En caso de presentar esta sintomatología, deben buscar atención médica para dar seguimiento a la enfermedad.

Una vez transcurridos los 14 días, desde el inicio de los síntomas, puede acudir nuevamente con su médico para realizar una segunda valoración, y para que le indique si es tiempo de incorporarse a sus actividades, concluyó.