Ciudad de México.- Los retos más importantes de las universidades de América Latina se ubican en el plano de lo social; además, la educación digital, en línea o a distancia, que existía desde hace décadas, funciona bien por ello más que sustituir a la presencial debe complementarla y enriquecerla, consideraron especialistas de la UNAM al participar en la Escuela Internacional de Verano 2021 organizada por la Universidad de Panamá.Enseñanza en línea y presencial es la mezcla perfecta

El titular de la Coordinación de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAIEED), Melchor Sánchez Mendiola, aseguró que la evidencia existente demuestra, con significancia estadística y en metaanálisis, que la educación mezclada con componentes presenciales y en línea es mejor que la realizada únicamente cara a cara o a distancia. Por ello se debe encontrar una mezcla apropiada para seguir adelante en los años y décadas por venir.

Para el investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, Humberto Muñoz García, desde hace más de 30 años nuestras sociedades han estado expuestas a vulnerabilidades y desequilibrios, debido, entre otros, al repliegue del Estado frente al mercado.

En el encuentro virtual, en el cual la UNAM participa como universidad invitada, Sánchez Mendiola sostuvo que si la educación remota es uno de los retos actuales, los involucrados en docencia deben actualizarse en ese apartado.

Durante la conferencia magistral titulada “Transformación Digital de la Educación Continua”, señaló que existe la necesidad del desarrollo profesional continuo; es decir, de la actualización de los profesionales. Ello se logra mediante actividades educativas formales e informales que sirven para mantener, desarrollar o incrementar el conocimiento, habilidades y desempeño profesional.

La educación continua conlleva actividades como talleres o seminarios, unas de las más conocidas son los congresos presenciales que, sin embargo, tienen una serie de inconvenientes.

Con ellos se busca que haya resultados, incremento en los conocimientos, actualización de lo que se sabe y, de preferencia, una modificación de la conducta. No obstante, su impacto es cuestionable en la mayoría de los casos. Además, se asocian con el llamado turismo académico, dentro y fuera de los propios países, aseveró.

Sánchez Mendiola recordó que con la emergencia sanitaria todo se modificó. Los congresos se cancelaron “y nos dimos cuenta de que eran más hábito que necesidad”, ya que sus beneficios se pueden obtener con una conferencia virtual a menor costo y con efectividad.

Por ello, los virtuales se convirtieron en el “nuevo normal”, con beneficios como mayor asistencia y presencia de quienes antes no podían acudir, como mujeres con niños pequeños o personas con discapacidad.

Para el experto, la educación continua que mejor funciona es aquella que la persona busca de manera intencional, después de un profundo análisis de lo que requiere. Y para que sea efectiva se necesita que haya evaluación de necesidades de aprendizaje, interacción entre los educandos con oportunidad de practicar lo aprendido, y que haya actividades educativas secuenciales y multifacéticas.

El titular de la CUAIEED sugirió a los profesores que no sigan utilizando primordialmente estrategias docentes pasivas de transmisión de información y, en cambio, utilicen las que son más activas.

A su vez, durante la conferencia magistral “Desafíos de la Universidad en América Latina”, el investigador emérito del IIS de la UNAM, Humberto Muñoz García, aseveró:

En nuestras sociedades existe un malestar social causado por el incremento del desempleo y subempleo, informalidad laboral, incremento de la pobreza y de la desigualdad social, creciente violencia e inseguridad y debilitamiento de la solidaridad, entre otros.

El sociólogo y doctor en ciencias sociales señaló que “para hacer frente a los problemas regionales, el primer reto que debemos tomar las universidades latinoamericanas es el de desarrollar y fortalecer el ethos público, que es el que nos obliga a comprometernos con el bien común y la justicia”.

Reconoció que las universidades de América Latina tenían grandes retos que la pandemia ha recrudecido, pero hoy tienen el desafío de apoyar a los estudiantes para que no pierdan sus estudios, fortalecer la digitalización e implementar nuevas prácticas docentes.
“Hay que revalorar la docencia como eje central de las instituciones educativas. Hay una tendencia a privilegiar la investigación por las necesidades que hay de entrar a la sociedad del conocimiento y la información”, subrayó.

Destacó que la pandemia ha hecho reconocer la necesidad de modificar la práctica docente, donde la enseñanza en línea es importante, pero no sustituye a la presencial. “Debido a muchas presiones, las universidades ensayarán desde ahora y en la pospandemia modalidades híbridas”, reconoció.

“Un gran desafío es volvernos una academia regional latinoamericana, un corpus docente para colaborar en la formación de estudiantes latinoamericanos, la cual nos daría interacción institucional que puede impulsar organizaciones regionales”, concluyó.