Enfermeras, médicos y personal sanitario: Gracias

Por: Héctor Romero Fierro

Debemos agradecer a médicos, enfermeras y demás personal del sector salud por su trabajo, incluso algunos, aguantando toda clase de insultos al abordar camiones del transporte público o vehículos de plataforma.

Tenemos que apoyarlos, ellos no son fuente de contagio, precisamente su entrenamiento les permite cuidar su salud y de quienes los rodean, solo ponte a pensar que será de ti o de los tuyos, si ingresas a un hospital y estos dejaron de asistir (por salud o trabajo).

Urgen donativos de equipos de seguridad, mascarillas, guantes, cubre bocas, trajes desechables, lentes quirúrgicos, desinfectantes, etc. ya que el sector publico, en muchos casos, es omiso en proporcionar esos insumos básicos para su protección.

Nuestro presidente MALO, ignorando las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud OMS, y de su propio subsecretario, Lopez-Gatell, sigue con sus mañaneras, haciendo giras, pidiendo que la gente salga a fondas, restaurantes, negocios, fomentando, con el ejemplo, que la gente siga en la calle, asista a eventos masivos, rechazando en los aeropuertos el que le proporcionen gel anti bacterial para sus manos, sin guardar adecuadamente la distancia con las demás personas, invocando santos y amuletos para detener el virus, logrando solo que la imagen del presidente a nivel internacional sea de burla, lo cual es implícitamente, una burla para nuestro país.

El gobierno federal actuó demasiado tarde, apenas rectifica el viernes pasado, cuando la curva de contagio se asemeja mas a la de Italia que a la de otros países que actuaron prudentemente desde el inicio de la crisis, pero lo curioso del caso es que sus seguidores atacan como perros rabiosos al gobernador de Jalisco, por haberse adelantado, en base a estudios científicos elaborados por la Universidad de Guadalajara con adecuadas acciones de protección a la comunidad, afortunadamente millones de mexicanos desde hace dos semanas prefirieron iniciar la cuarentena a pesar de que desde el gobierno federal se insistía que no era necesario, que era ocioso hacerlo.

Increíble que en forma inexplicable, desde la cúpula del poder, se torpedeen los esfuerzos de un gobernador. Ya habrá tiempo de juzgarlos, mientras, por simple lógica, creo que estamos mas seguros los jaliscienses que seguimos las recomendaciones de Alfaro-UdG, a los que prefirieron seguir al peje y sus ocurrencias, espero que esos tengan muchas estampitas y amuletos, y ojalá no los necesiten.

Enfrentamos la peor crisis, en un país que en menos de 18 meses lo han llevado a la quiebra financiera, baja recaudación fiscal, petróleo mas barato que el costo de extracción de Pemex, un gobierno en pánico, que sabe que es necesario, pero rehuye decretar para el manejo de la contingencia sanitaria, (por conducto y facultad del Secretario de Salud), una Acción Extraordinaria en Materia de Salubridad General, documento de carácter obligatorio que coordine por primera vez desde que inició la pandemia, las acciones entre la Federación, los Estados y los Municipios, fijando claramente las acciones a realizar y como enfrentar este flagelo las próximas semanas.

A la ciudadanía nos urgen guías y acciones legales y sanitarias uniformes, claras y concretas, medidas inteligentes, no ocurrencias, no invitaciones, dentro de un marco legal adecuado, incluso para patrones y trabajadores, reglas claras de cuales negocios deben permanecer con atención al público y en que horarios, reglas claras de aplicación de protocolos para, llegado el momento, obligar a la población a no salir de sus domicilios, que se aplique la legalidad sin violar los derechos humanos.

Si esto se hará por zonas, ciudades o general, y que se garantice el acceso a los servicios básicos, y que genere unidad. El remedo de decreto del presidente publicado el pasado día 27 por el que se declaran acciones extraordinarias en materia de salubridad general, es profuso, difuso y confuso, esa declaratoria corresponde a Salud. La falta de coordinación, improvisación, falta de transparencia y un estúpido protagonismo, solo esta provocando caos.

No atinan qué camino escoger, sí el sanitario y ordenan el cierre total con las graves consecuencias económicas para gran parte de la población salvando vidas, o arriesgarse a que sus estadísticas sean correctas y solo muera un número relativamente bajo de personas, sacrificando a los mas vulnerables sin afectar una economía que, ya antes de la pandemia, estaba en crisis por tanto despilfarro de recursos públicos en programas sociales caprichos y obras innecesarias.

El presidente sigue sin entender que para salvar al país, se necesita un gran pacto nacional donde participemos todos, siendo la iniciativa privada parte fundamental de esa ecuación. A la larga lista de pifias económicas se suma la cancelación de la planta cervecera Constellation Brands en Mexicali, en base a una consulta patito, esta acudirá a Arbitraje y obtendrá un laudo favorable condenando al Estado mexicano a una indemnización multimillonaria que pagaremos todos con nuestros impuestos, MALO acude a giras innecesarias y aprovecha para atacar a los empresarios que operan en la Rumorosa una instalación de Energía Eólica, solo porque, a su juicio, afectan el paisaje, ellos tienen una concesión del gobierno federal que no se las pueden quitar porque se vea fea el área desértica donde operan.

El problema es el mensaje que manda el ejecutivo de falta de seguridad jurídica a los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros, ingrediente fundamental, insisto, para rescatar rápido la economía. Es tiempo que el presidente rectifique, evite miles de muertes y rescate a las pequeñas y medianas empresas, pero aún no publican incentivos, prorrogas razonables para cumplimiento de obligaciones fiscales de las empresas. ¿Así cómo?

En la forma exponencial en que crecen los contagios disminuye la ya raquítica popularidad del presidente, seguro que tratará de dar un golpe mediático para no perder mas seguidores, estemos atentos. Muchos ya se dieron cuenta del engaño que fue su campaña, otros no, como dicen en mi rancho: “Los perritos abren los ojos a los seis días, los Pen… nunca.”