EL VALOR CIVIL

TAREA PÚBLICA
(Tatiana: di lo mejor que podría dar, me paso a la porra)
Por: CARLOS OROZCO GALEANA

La renuncia a la secretaría de Economía de  Tatiana Clouthier, fiel compañera del presidente Andrés Manuel López Obrador varios años y ex coordinadora de su campaña para alcanzar el cargo que ocupa,  dio  pie a comentarios diversos que tienen que ver con aspectos de política pública pero también con el valor civil de una persona que fue fiel a sus convicciones y consideró que ya no era útil dentro de un equipo de trabajo.

Tatiana Clouthier  estudió la licenciatura en  lengua inglesa en el Tecnológico de Monterrey  y obtuvo una maestría en administración pública por la Universidad de Nuevo León. Ha sido  traductora de programas en administración avanzada, colaboradora de varios diarios nacionales y revistas,  autora de cinco libros y  ponente en foros con los temas de derechos humanos, ciudadanía y democracia, tanto a nivel nacional como internacional. Pero a pesar de este currículum, no se le reconocieron aptitudes para estar al frente de esa Secretaría y fue criticada por los economistas, principalmente.

Contrasta el modo de su renuncia con el que mostraron otros excolaboradores del gabinete de  Amlo como Carlos M. Urzúa, el acreditado académico que fungió como secretario de Hacienda y quien a lo largo de los dos últimos años,  ha  criticado políticas del gobierno actual haciéndolo fundadamente y acreditando un perfil ético de maestro universitario.

Otro que se fue, también digno, fue el panista Germán Martínez, ex director del Imss que tampoco estuvo de acuerdo con el presidente en el tema de  austeridad presupuestal y prefirió desvincularse a continuar como espectador de movimientos internos de su dependencia sin que se le avisara al menos acerca de ellos. No quiso ser florero.

Tatiana Clouthier es una mujer socialmente acreditada, de valía, de convicciones probadas. Pero se convirtió al paso del tiempo en florero; no contaba mucho para Amlo en aspectos estratégicos particularmente en la relación comercial entre los países del T- MEC  en cuyo seno se desarrolla una controversia que pudiera tener para México funestas consecuencias no solo en términos económicos sino en la imagen que podría proyectarse de un país que no respeta acuerdos y que pone en segundo término la libertad en el comercio. Además, su dependencia sufrió el abordaje de los intereses del secretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores y anularon funciones de la SE.   Malo todo esto en un ambiente de globalización que se basa en la apertura de fronteras, pero también en la confianza que se genera cuando los países participantes cumplen los convenios que firman.

En los casos de esos tres personajes  primó el valor civil, noción muy a la baja en los círculos de poder burocráticos. Pocos quieren irse del buen pesebre aunque se les pase por encima de su dignidad y su profesionalismo. Casos hay por montones en el sector público  de personas  que están junto a los gobernantes gracias a sus méritos medidos en lealtad aunque sean incapaces notoriamente. Por ello, es destacable que de vez en cuando se presenten casos donde la práctica del valor civil sea el uso que simboliza  una relación sea institucional o no.

Porque el valor civil, amigos lectores, es una capacidad del hombre para procurarse dignidad ante cualquier situación de la vida. Es una cualidad, un patrimonio íntimo que permite salvaguardar la integridad ante cualquier emboscada. En la política dista mucho de ser una práctica común. Es, mejor dicho, la excepción. Encierra también el esfuerzo de los seres humanos para pensar, justificar y realizar el gran proyecto de la convivencia justa. Está fundamentado por los Derechos Humanos que recogen los valores que deben guiar nuestra conducta.

En ese parámetro ético de amplia civilidad se movió doña Tatiana Clouthier. La pregunta que salta a la vista es cuántos más le seguirán en ese camino de ruptura. El régimen está en su tercio final, donde se redefinen compromisos y lealtades, y no sería extraño que más funcionarios inconformes, observando el valor civil de la norteña, se atrevan a dar el paso que ella dio. Y en ese sentido, se rumora que el actual secretario de Hacienda tampoco se siente cómodo en la relación con el mandatario y que podría ser el siguiente en irse a su casa pues ha renunciado al cargo dos veces.

La  renuncia de doña Tatiana puede ser el comienzo de un declive político del régimen, el primer grano de la mazorca del poder de la 4T. La cultura política de los mexicanos, recuerden, es pasar de un bando a otro si las circunstancias son difíciles ( del Pri a Morena, o del Pan al MC por ejemplo) y  hay  motivos claros de que las situaciones personales ( los intereses ) corren peligro.

Preparémonos para un final de régimen muy complejo y difícil. Las pasiones de desencadenarán al calor de la sucesión presidencial y el gobierno tratará de salirse con la suya para darle continuidad al proyecto de Amlo poniendo en juego todas sus fuerzas para no perder la presidencia. Pero el pueblo dirá. . . .