Destellos en los días oscuros

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Por: Rubén PÉREZ ANGUIANO*

Es verdad, cada día tendrá su propio afán, pero a veces tales afanes se acumulan hasta la exageración. Así sucedió con los días recientes, que dejaron amargas lecciones cual si fueran destellos en la oscuridad.

  • Algunos dicen que existió la oportunidad de advertir y operar a tiempo, otro lo dudan. Lo cierto es que no se hizo gran cosa para anticiparse al desastre y el huracán Otis llegó sin advertencia, sorpresivo, lo cual magnificó su capacidad destructiva.
  • Es cierto, es discutible la posibilidad de tomar la delantera a un huracán, pero no lo es la capacidad de organizar a las instituciones para responder a la situación de emergencia. Aquí algo falló: se anunciaron apoyos pírricos frente al tamaño del desastre y se impidió a las organizaciones civiles apoyar de forma directa.
  • El control de las fuerzas armadas en una situación de desastre no es inusual, pero debe dirigirse a la salvaguarda de vidas, a los trabajos de rescate y a la garantía de seguridad pública. No es parte de las funciones impedir apoyos, incautarlos y concentrarlos bajo su propia administración. Eso genera sospechas y rencor.
  • Se podrá decir que son rumores, pero al menos ya se concedió una suspensión de plano, con fundamento en la Ley de Amparo, para que una parte quejosa (un organismo de la sociedad civil) pudiera entregar víveres y ayuda humanitaria a damnificados y para que las autoridades permitieran el ingreso a las zonas afectadas (Juzgado 17 de Distrito, CDMX. Expediente 1858/2023)
  • El presidente de la República reaccionó de forma extraña: primero intentó llegar por carretera y las imágenes de tal empeño fueron desafortunadas. Después transmitió un video donde se dedicó a atacar a los buitres del pasado, a rechazar las críticas y a defenderse de los Krauze, es decir, a sostener el debate en lugar de brindar información oportuna propia del liderazgo nacional.
  • Habrá que recordar que la sociedad juzga con especial dureza los yerros en la respuesta institucional a los desastres. La reacción frente al gobierno de Miguel de la Madrid en 1985 fue durísima, tanto así que la CDMX se volvió rebelde por décadas frente a las políticas oficiales. Ya se verá lo que vendrá en Guerrero después de Otis.
  • El saldo de Otis aún dará sorpresas. La cantidad de decesos puede crecer y los daños ya están cuantificados en decenas de millones de dólares, tan sólo en infraestructura turística. Acapulco tardará años en recuperarse y volver a los destinos del mundo.
  • En medio de la tragedia aparece una de las peores expresiones de la humanidad: la rapiña. Los vándalos y bandidos andan a la deriva tomando todo lo que se puede y muchas veces con violencia. Es un fenómeno que debería avergonzarnos a todos.
  • Inicia la Feria de Todos los Santos. Ojalá que por las calles se detengan los homicidios y que el Día de Muertos no sea un día de más muertos.

 

*Rubén Pérez Anguiano, colimense de 55 años, fue secretario de Cultura, Desarrollo Social y General de Gobierno en cuatro administraciones estatales. Ganó certámenes nacionales de oratoria, artículo de fondo, ensayo y fue Mención Honorífica del Premio Nacional de la Juventud en 1987. Tiene publicaciones antológicas de literatura policiaca, letras colimenses y un libro de aforismos.