Colima.- En la ciudad de Colima consumir leche caliente es toda una tradición: existen lugares en donde se venden entre 300 y 500 litros por día, y en donde una persona puede llegar a consumir más de cinco vasos de leche bronca servida directamente de las ubres de la vaca a un vaso con chocolate, azúcar y un poco de alcohol.
Autoridades de Salud han emitido información sobre las consecuencias de consumir leche bronca: el Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios señala que la leche para que pueda ser consumida por una persona debe estar hervida o haber pasado por un proceso de pasteurización.
Sin embargo, existen personas que acuden a estos lugares a consumir la leche caliente diariamente como parte de su desayuno, y algunos más la toman como una bebida para reponer la ingesta de alcohol del día anterior.
De acuerdo con la subcomisionada de Evidencia de Análisis y Riesgos de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coespris), Verónica Jiménez Lozano, las autoridades realizan visitas de verificación a estos lugares para evitar la venta de la leche bronca.
“Hemos realizado algunas visitas de verificación de algunos lugares donde nos señalan que se vende la leche caliente, e interviene la Coespris porque no pueden vender lo directamente para consumo humano; de hecho los mismos establos deben de poner letreros que adviertan a la gente que no la deben de consumir cruda”, dijo en exclusiva para AFmedios Verónica Jiménez.
Reconoció que hasta la fecha no se ha podido establecer una infracción o penalización a quienes ofertan este alimento de esta manera, ya que el proceso administrativo es protocolario y para cuando sale el oficio el vendedor de leche caliente ya se cambió de lugar.
“Desafortunadamente a veces es difícil el control con ellos porque se cambian de lugar constantemente, entonces todos nuestros procesos son jurídico-administrativos y nos basamos en procedimientos en los que se tienen que hacer constar, mediante documentos, todo el proceso; están regidos por una Ley de procedimiento administrativo tanto estatal como federal. Nosotros como autoridad somos los primeros obligados a cumplir con la ley, entonces a veces se nos dificulta un poquito el control, pero sí estamos atrás de ellos y sobre todo apostamos mucho a lo que es dar la información a la gente, que la gente conozca cuáles son los riesgos de consumir un producto que no está pasteurizado por las enfermedades que puede contraer, que puede ser desde un simple diarrea hasta una brucelosis o una tuberculosis, que ya son más delicadas y que les va a afectar su calidad de vida”.
Sin embargo, vendedores y consumidores de leche caliente aseguran no recibir visitas de ningún tipo de autoridad y que sería imposible mover todo un establo constantemente, por lo que han permanecido por años en el mismo lugar vendiendo su producto.
Los clientes argumentan estar sanos y no presentar hasta ahora ningún síntoma de enfermedad y se lo atribuyen -a manera de chiste- a que «el alcohol mata todas las bacterias».
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