Aves del Complejo Administrativo generaron contingencia sanitaria por excremento: Meiners

Colima.- La presencia de aves en el domo del Complejo Administrativo de Colima es una situación más compleja de lo que aparenta. Kristian Meiners Tovar, secretario de Administración y Gestión Pública del Gobierno del Estado, informó que la gran cantidad de excremento generado por las aves tanto en el domo como el piso, provocó una emergencia sanitaria en contra de los trabajadores.

“Seguramente cuando venían al complejo percibían ese gran olor que se tenía por el excremento de las aves, no sólo era la incomodidad del olor sino que había una contingencia sanitaria importante por tanto excremento”.

Luis Flores Portillo, proveedor contratado para que las aves migren a otro lugar, informó que como parte de la atención a la emergencia sanitaria se retiraron 400 kilos de excremento tan sólo de una parte del techo del domo.

“Había una alfombra de cinco centímetros de espesor de excremento que estaba en el techo, esto genera ratas y es un nido de infección para los humanos (…) de una trabe que era donde más anidaban, quitamos 400 kilos de excremento seco, había muchísimo más pero mucho se lo lleva el aire y cuando lo lavamos eso no lo pudimos pesar”.

El empresario señala que cuando fue contratado para esta tarea, se detectó que durante 10 o 12 años no se había retirado el excremento del domo, sólo del piso y paredes, por lo que algunos trabajadores habían comenzado a enfermar.

“El excremento se seca con el calor, el aire sopla esos polvos y todo eso la gente lo respira y los aires acondicionados succionan ese aire y la gente está trabajando en un ambiente con el aire muy viciado, por eso es un problema de salud pública, la gente se empezó a enfermar de asma, de alergias y no sabían ni porqué, se presume que es por las aves”.

Domo, hogar idóneo para las aves

Flores Portillo señaló que el domo del Complejo Administrativo presenta este problema porque es el hogar idóneo para las aves, pues las aleja de depredadores, la lluvia no les impacta, y el calor generado durante el día por el sol, les resta frío durante la noche.

“Han pasado generaciones de parvadas, hicimos un conteo muy conservador y llegamos a que había un promedio de un millón de aves, si cada ave come alrededor de 200 gramos de insectos diarios, imagínate la cantidad de excremento que pueden echar”.

Ante este contexto, señaló, la remoción de las aves debe ser un proceso integral, asegurando crearles otro lugar en el que puedan anidar.

Estrategia para retirar a las aves

Para lograr que las aves adopten otra zona como su hogar, el primer paso es la protección completa del domo mediante una malla, informó Meiners Tovar.

“Este proveedor no previó que en el faldón hay unos orificios por donde están entrando las aves, la red ya está pero se va a completar con lona el faldón para que ya no puedan entrar las aves y en el centro del domo hay otros orificios por donde están entrando, se van a cerrar y evitar que las aves entren y queden atrapadas en la red”.

Dijo que por este trabajo, el proveedor recibió un aproximado de 400 mil pesos y su tarea concluirá hasta que las aves hayan adoptado otra zona como su hogar.

“Lo que sucede es que las aves adoptaron al domo como su casa, pero no podemos cohabitar por las cuestiones sanitarias”.

Además, coincidieron ambos, en los alrededores del Complejo se plantarán árboles que funjan como nuevo hogar de las aves.

“Nuestra intención es un plan de remoción pacífica, contactamos a avistadores de aves que nos van a apoyar a decirnos cuáles son los árboles que son más benéficos para poder nosotros reforestar algunas áreas, tienen que ser árboles que les proporcionen refugio y alimento”, afirmó Flores Portillo.

Subrayó que al mantener vivas a las aves, estas seguirán disminuyendo la presencia de moscos, pues son uno de sus principales alimentos, sin embargo, en tanto el proceso no se complete, además de continuar con el riesgo para la salud de los trabajadores, seguirá la muerte de aves. Dijo prever que en un mes concluya el cierre del domo y después se comience con la siembra de árboles.

Por ahora, usando globos a manera de espantapájaros, personal de la empresa contratada para lograr el proceso se da a la tarea de asustar a las aves que quedan atrapadas dentro de la red,  intentando guiarlas hacia los orificios por donde pueden salir.

“Son aves que no logran salir, se han de morir unas cinco o seis diario (…) se van a seguir muriendo hasta que no terminemos de cerrar, es todo un proceso lo que estamos haciendo”, añadió.

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