Un gol de Iniesta en el minuto 115 de la prórroga dio el título de campeón del mundo a España. Por primera vez en la historia, el combinado hispano lucirá en su camiseta una estrella de selección campeona.
El pase de Cesc a Iniesta y la definición del jugador del Barcelona ya están instaladas en la memoria de todos los españoles.
Las lágrimas de Casillas, el gran capitán, simbolizan el éxito más importante del fútbol español, que no ha parado de acumular sinsabores a lo largo de 90 años. En dos años, España ha ganado la Eurocopa y el Mundial para convertirse en la reina del fútbol mundial.
La victoria no fue fácil. Holanda fue un dignísimo rival, que lo puso muy complicado gracias a un enorme juego en defensa, en el que no faltaron algunas brusquedades. Perdonó Robben, también Sergio Ramos, pero no fue hasta la prórroga cuando España gozó de sus mejores ocasiones.
La tuvo Iniesta, luego Cesc, hubo un penalti a Xavi, pero no fue hasta el minuto 115 cuando Iniesta cruzó de forma inapelable ante Stekelemburg. Con Iniesta remataron 46 millones de españoles para hacer a España campeona del mundo.
Los ibéricos fueron superiores a lo largo del trámite y volvieron a exhibir su claridad, estilo y buen manejo de pelota ante unos holandeses combativos y batalladores.
El partido decisivo, disputado en el Estadio Soccer City de Johannesburgo el 11 de julio, fue el tercero que se definió en la prórroga luego de Italia 1934, Inglaterra 1966 y Argentina 1978.
La Furia Roja vive su momento de gloria e inscribe así su nombre en el trofeo más codiciado del fútbol. Para Países Bajos, fue su tercera final perdida, tras Alemania 1974 y Argentina 1978.
España saltó al terreno con el afán de llevarse por delante a su adversario. En los primeros minutos dispuso de una ocasión clara para convertir con un cabezazo de Sergio Ramos que rechazó, de manera notable, el portero Maarten Stekelenburg.
De a poco, los holandeses nivelaron las acciones. El encuentro pasó a tener una paridad casi total y los equipos no pudieron imponer su estilo. Países Bajos apeló a los centros y disparos de media distancia para tratar de desnivelar.
La primera manga transcurrió con el esférico rodando en la zona media del campo y con un ida y vuelta sin profundización, con la excepción de un disparo bajo y esquinado de Arjen Robben sobre el final, que desvió Iker Casillas al tiro de esquina.
Paridad total
En el complemento, España volvió a ejercer la autoridad sobre la bola, con su habitual paciencia para manejar las acciones. Países Bajos se recluyó en su terreno y apostó a un contragolpe para romper la igualdad.
Fue así como pudo adelantarse en el tanteador, con dos jugadas protagonizadas por Robben. A los 62’, el delantero del Bayern Múnich picó rápido ante una habilitación de Wesley Sneijder y definió por bajo, pero Casillas, de forma magistral, desvió con el pie derecho. A los 83’, el delantero del Bayern Múnich escapó a Carles Puyol y quiso eludir al guardavallas, que se ungió en la figura al embolsar la pelota.
Los campeones de Europa también tuvieron sus situaciones netas: una jugada en la que Jesús Navas sirvió a David Villa, quien disparó a centímetros de la línea de gol y su remate rebotó en un defensor holandés, y con un cabezazo de Ramos que se fue por encima del larguero.
¡Drama y éxtasis!
El tiempo fue transcurriendo y el cotejo, de alto nivel de dramatismo, derivó de manera inevitable al tiempo extra.