Berlín volvió a ser este año escenario de violentos disturbios en medio de las tradicionales marchas del 1 de mayo, mientras que en Hamburgo el nivel de violencia fue claramente inferior, aunque las autoridades estaban alerta.
La policía alemana desplegó ayer a más de 6 mil agentes en Berlín, sobre todo en el barrio multicultural de Kreuzberg y en el colindante Neukölln, donde más de 9 mil personas, según fuentes oficiales, participaron en la manifestación “revolucionaria” del 1 de mayo.
Los radicales de izquierda atacaron a agentes policiales y dañaron filiales bancarias y tiendas tirando piedras y botellas. También lanzaron elementos explosivos desde los edificios.
Muchos de ellos iban vestidos completamente de negro y llevaban gafas de sol para pasar inadvertidos. La policía, que respondió con cañones de agua, acabó deteniendo a varios de ellos, aunque hasta el momento no se precisó el número.
Las autoridades alemanas esperaban más afluencia y mayor violencia este año, dado que tanto Kreuzberg como Neukölln son de mayoría inmigrante, principalmente turca, por lo que era probable que las consecuencias de las revueltas en el mundo árabe se trasladaran a Berlín.
Mientras, en Hamburgo, otra de las ciudades en las que las concentraciones del 1 de mayo resultan más problemáticas en Alemania, la jornada transcurrió con relativa tranquilidad. Más de 2 mil activistas de izquierda se manifestaron
Por otro lado, miles de personas salieron a la calle para frenar las marchas convocadas con motivo del 1 de mayo por diversas agrupaciones neonazis, que protestaban principalmente contra la apertura de las fronteras alemanas desde ayer a los trabajadores de los países de Europa oriental que entraron en la Unión Europea en 2004.
Con información del Universal
