Vacuna contra el 2021

Crónica sedentaria
Por: Avelino Gómez

Si en la lucha contra la pandemia todo, o casi todo, salió mal, al menos una noticia buena debíamos tener. La autoridad sanitaria de este país —que en este caso se reduce al nombre de Hugo López-Gatell— anunció que, “si todo marcha bien —curiosa frase esta, que siempre se anticipa a un desastre— a finales de la tercera semana de diciembre se aplicará la vacuna al personal de salud de primera línea”.

Luego, en una segunda etapa, a personal de salud en general y a personas de alto riesgo. Y así, progresivamente, se irá aplicando a la población a lo largo de varios meses.

Con esta noticia el año 2021 nos promete un futuro casi alentador. Digo casi, porque seguiremos con la pandemia, pero ya con una vacuna que, se ha demostrado, es efectiva. Al menos para quienes todavía siguen vivos y no creen que la tierra es plana o que las vacunas son un sistema de control de los illuminati. Bajo este supuesto, ya podemos empezar a hacer planes para el siguiente año. Dígame: ¿al fin hará ese viaje que tanto aplazó? ¿Irá a visitar a esos familiares lejanos que, en los últimos meses, se hicieron más lejanos todavía? ¿Se comprará ropa nueva, zapatos acaso? ¿Descubrió que la vida es tan frágil e impredecible como para seguir gastándola en un trabajo que no le gusta? No me diga: ¿al fin se reconcilió con el mundo?

Estoy seguro que buena parte de la humanidad entrará al 2021 con una mirada que no tenía antes. Y eso está bueno. Uno sólo desea que los demás no se comporten como cretinos con sus semejantes. Cosa que no sucederá, desde luego. Todo se trastoca cuando la supervivencia depende de una solución que dicen tener quienes gozas de una posición privilegiada. Por ejemplo, enciendo el televisor y lo primero que veo es una multitud de hombres y mujeres, en Tabasco, hacinado y esperando que unos cuantos funcionarios les entreguen un apoyo para sortear los apuros vitales que les ocasionó la inundación. Es un parpadeo, traslado esa imagen al día del arranque de la campaña de vacunación contra el Covid. Y entonces me da por pensar que alguien debió inventar una vacuna contra el desaliento, la ansiedad o la incertidumbre que nos causa el 2021.

Pero algo en nosotros no se rinde. Ayer fui a comprar una agenda 2021 (adelante, sonría) y me sorprendió que otros, como yo, también tuvieron el mismo arranque de descarado e ingenuo optimismo. Uno no sabe que esperar del futuro, pero por si las dudas, ya he anotado mis tareas para lunes 4 de enero. Como todo buen misántropo, anoté: de ocho a nueve odiar a la humanidad —con pausa el café— y, de nueve a seis de la tarde, escribirle confusas cartas de amor.