UNIDAD ENTRE TODOS

TAREA PÚBLICA

Por: Carlos OROZCO GALEANA

No se ustedes pero yo si me he dado cuenta que en la lucha contra el coronavirus no se ha efectuado ninguna reunión entre el titular del Ejecutivo Federal y los gobernadores, como que cada quien anda por un rumbo distinto al que debe tomarse en función de los intereses de los mexicanos, atribulados certeramente con una pandemia que aún no muestra todo su potencial infeccioso y reporta ya 20 muertos y casi mil infectados.

Pienso que durante este capítulo sanitario no ha habido de parte de los poderes estatales y federales armonía y congruencia. Mientras algunos gobernadores aplicaron medidas de protección a su leal saber y entender, el presidente López Obrador marchó asumió comportamientos diversos que no iban en la misma dirección de la marcada por los gobernadores. Estos prefirieron ponerse activos antes que que ser criticados por hacer poco o nada.

Es así que, en estos momentos, la pandemia debería incentivar reuniones y acuerdos constantes para hacer frente común contra el mal, sin que importe de cuál partido es este o aquel. Lo que importa es proteger a la población ante la amenaza del virus.

A eso llamó precisamente el malogrado aspirante presidencial Miguel Osorio Chong, otrora poderoso secretario de Gobernación, a fin de que se establezca una estrategia común para controlar la pandemia, en tanto que el Pan abogó, fiel a su filosofía, por las empresas ante la crisis financiera que ya las agobia. Osorio Chong, con el colmillo retorcido que tiene, observa claramente anormalidades en la manera como se está interviniendo en el sector salud. Dijo que algunos estados no se han dado cuenta de que “estamos en la fase 2 de la contingencia, de ahí que le pedimos al presidente convoque a los estados para que haya una sola acción, no formas marginales que favorecen la propagación”.

Esa convocatoria es vital, estamos a tiempo de presentar un frente común contra una pandemia cuyos efectos aún desconocemos. No se vale irse por la libre, y menos buscar lucimiento personal. Todos los actores políticos deben asumir que representan a seres humanos, a personas, que confían en sus funcionarios y dirigentes y esperan soluciones efectivas y audaces, a tal punto de dejar la vida en sus manos.

Precisamente, en las crisis es donde se ve el tamaño de los políticos. Cuando todo está calmo, cuando la situación es halagüeña y los problemas están atendiéndose y solucionándose, aquellos pueden lucirse y hasta posar para las cámaras, pero en las crisis es donde ha de aflorar el carácter, la responsabilidad y la inteligencia para aportar lo necesario y contribuir a soluciones definitivas de los asuntos más escabrosos.

Como buen político que es, López Obrador ha de entenderse con gobernantes de todos los partidos, no importan las siglas, es momento de hacer a un lado resquemores, complejos y deseos de ajustar cuentas por cosas del pasado de unos y otros. No proceder así, con la vista puesta en el bien común, no solo sería un desacierto de cualquiera sino una infamia absoluta.

En cuanto a Colima, el número de personas infectadas es de dos. Seguro que han influido los operativos ordenados por el gobernador Ignacio Peralta y por la toma de conciencia de la mayoría de colimenses. En el municipio que vivimos, el alcalde Leoncio Morán también trae bien puestas las pilas y hace lo que le corresponde en esta crisis de salud.

Pienso que el país superará esta etapa y que en 90 días todo volverá a la normalidad, a la recuperación paulatina. Esta será un desafío importante para todos los gobernantes y para la sociedad misma. Nuestra economía está puesta con alfileres, cualquier evento y más uno como el de la pandemia, la sacude fuertemente, origina desequilibrios y genera la pobreza de muchos.

Esta crisis dejará lecciones, sin duda. Tendrá que reforzarse con más inversiones el sector salud para enfrentar situaciones límite. Es bueno que se luche contra la corrupción en las compras, pero no se vale que se exponga a la población a sufrir deterioros en su salud.

No nos encariñemos con la piedra que origina nuestros tropiezos. Hagamos lo conveniente, con razonamientos proactivos, con buenas actitudes, con afán cooperativo para avanzar en la solución de lo que hoy nos está agobiando. Se puede si, cada quien, desde el poder y desde cada hogar, hacemos lo que nos toca. Es indispensable la unidad entre todos.