Una vida después del trasplante

Héctor Franciso, trasplantado de riñón

Colima.- Hace 5 años que a Héctor Francisco Cayeros Arteaga le trasplantaron un riñón, su vida no terminó, ni bajó de calidad, al contrario, sumó a éstas dos actividades: el deporte y la labor social.

Por insuficiencia renal crónica en ambos riñones, Héctor estuvo en lista de espera durante 4 años, luego de ese tiempo, tuvo la fortuna de recibir un riñón de un donante cadavérico, su “ángel”, ya que de sus familiares nadie fue compatible para el trasplante; el otro riñón se lo extirparon y vive sólo con uno.

La cirugía de trasplante de riñón fue un 12 de abril de 2007, y a 5 años de ella, Héctor puede realizar las mismas actividades que antes: trabajar, y lo que implica su vida personal y familiar.

Ahora vive con un solo riñón y asegura “que se puede hacer una vida normal, tanto que se ha dedicado al deporte”.

El deporte lo ha llevado viajar a otros países, representando a México en torneos de trasplantados: en el 2009 viajó a Australia, y el año pasado en Suecia, compitiendo en atletismo y natación.

Héctor Francisco es casado, tiene tres hijos, quienes también han decidido ser donadores voluntarios, pues les ha inculcado la importancia de ayudar donando un órgano; y en este momento cualquier actividad que emprenda para sensibilizar a la población de la importancia de ser donantes, toda su familia lo apoya.

Para Héctor, esta es una segunda oportunidad de vida, por eso aprovecha para realizar lo que antes de la cirugía no hacía, como estudiar inglés; y la más importante, dijo, es invitar a la población a que se conviertan en donantes.

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