TAREA PÚBLICA

¿PERDONARÍAS A JAVIDU ?

CARLOS OROZCO GALEANA

Cuando el padre Alejandro Solalinde, defensor de los migrantes, expresó en el ya lejos agosto del 2012 que tendríamos que pedirle perdón a los Zetas por su alta capacidad criminal medio mundo se escandalizó y no faltaron las críticas contra él. ¿Cómo es posible, se dijo, que deba pedírsele perdón a delincuentes que han sembrado el terror y masacrado a decenas de miles de personas inocentes que tuvieron la desgracia de toparse con esos maleantes ? ¿ Cómo es posible que la Iglesia se vuelva cómplice de ellos o que algunos representantes políticos junto a ministros religiosos condesciendan o les pidan treguas o pactos y los perdonen ? Eso fue lo menos que se dijo de aquel prelado y de otros mexicanos que han propagado la doctrina del perdón.Y ahora, el cardenal Norberto Rivera dice que los mexicanos deben perdonar a Javier Duarte, el saqueador de Veracruz y quien ya negoció la libertad de su parentela que presuntamente fue partícipe de sus fechorías. ¿Cuántos mexicanos dolidos por sus trapacerías y decepcionados porque no se aplica la ley con rigor a los saqueadores del erario público están dispuestos a perdonar a ese prototipo de la corrupción que tan mala fama hace a todos los mexicanos ?

Recuerdo que Benedicto XVI, cuando era Papa, afirmó que no debía combatirse la delincuencia con más violencia, lo que en otras palabras equivalió a una crítica severa al régimen del entonces presidente Felipe Calderón, que hizo de la lucha contra el narcotráfico la razón de su existir y la forma cómo se auto validó políticamente tras una elección muy competida que ganó en medio de la sospecha. Ante el baño de sangre en

México, dijo ese Papa que a la Iglesia de Cristo la movía y mueve el amor y la misericordia, no la reprensión con un significado de condenación o recriminación. No lo escuchó Calderón, su opinión no le importó y siguió en esa línea de muerte.

Hoy, frente a la ola criminal que vive el país, hay voces que exigen la instauración de la pena de muerte contra quienes perpetren actos violentos como secuestros u homicidios. Esta posición no es aprobada por muchos mexicanos, por supuesto, ni por la Iglesia católica que, si bien está preocupada porque no hay salida a la violencia, rechaza la aniquilación de los delincuentes y pide se les perdone por lo que la sociedad en su conjunto ha hecho o dejado de hacer con ellos, convirtiéndolos en malhechores.

¿ Quién o quiénes participaron o influyeron para que se haya fraguado el estado de cosas que tiene perplejo al Estado e indefensa a la sociedad ? ¿ Quiénes fueron y cómo educaron o actuaron los papás de Javidú, Yarrington, Medina y de los demás exgobernadores maleantes, etc, delincuentes avarientos, para haberlos procreado así y que se convirtieran en ese tipo de delincuentes vulgares ?

Todos hemos sido partícipes del deterioro actual. Los gobiernos han dejado de hacer lo correcto, se divorciaron de la ética y la justicia. Banqueros y grandes empresarios influyentes evaden y se rehúsan a pagar impuestos y el gobierno se hace de la vista gorda o les devuelve luego gran parte de lo que pagan y así se procrean delincuentes y se genera desigualdad. Los padres de familia, que mal educan a sus hijos, construyen una bomba de tiempo contra todos con sus yerros. Los funcionarios que se sirven a sí mismos con los presupuestos o con el tráfico de influencias, causan desequilibrio y violencia en forma indirecta. Quienes medran en el poder en los congresos y los partidos, suman también al deterioro social.

Pero estamos en tiempo de reconciliación. Es un tiempo fuerte para hacer una autocrítica sobre quiénes somos y replicar esfuerzos para transformar nuestra vida en una forma generosa hacia nosotros mismos y los demás. En esta cuaresma se impone el perdón de la Iglesia para delincuentes de toda laya y para todos los católicos creyentes, como una forma de reconciliación que haga alcanzable la piedad, la justicia, la paz.

Dios alcanza su gloria perdonando al cien por ciento y cuando el hombre retoma el camino bueno. ¿ Perdonamos a Javidú y por extensión a los otros exgobernadores corruptos igual a él ? No hay de otra, pobre hombre, pobres hombres.
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