INÚTIL

¿QUÉ VIENE?
Por: SEAN OSMIN HAMUD RUIZ

Cuando salta a la arena política, ni duda cabía que representaba lo fresco, lo diferente. Proyectaba confianza, capacidad, ímpetu de juventud. Sus atributos y presencia fueron capaces de hacer converger intereses disímbolos, ideologías y formas distintas.

Convenció a propios y extraños, pudiendo comenzar su labor en un ambiente de esperanza. Todo parecía indicar que venían tiempos donde el privilegio iba a ser el trabajo para y por la gente.

No faltaba quien juzgara su novatez, pero en muy poco tiempo pudo mostrar cualidades y acciones que consolidaban paso a paso su desempeño, siendo evaluado positivamente.

Aparentaba no tener rival para seguir avanzando en su meteórica carrera.

Pero algo pasó.

La realidad, implacable como es, comenzó a tumbar la capa de maquillaje que cubría sus deficiencias. Menospreció el valor de los acuerdos y alianzas sobre las que se había plataformado, sin importarle el valor de la palabra empeñada, mucho menos lealtades prometidas.

Y cual gacela liberada en una cristalería, se dio gusto retozando, brincando de un lado hacia otro, rompiendo lo que encontró a su paso.

Sin embargo, su mayor error fue hacer propios de inmediato los usos y costumbres de su casa nueva. Esa donde sin importar su brillante color se le nota el origen bermellón y donde creen que ni la gravedad es ley.

A toda advertencia se prestaron oídos sordos y pétalo a pétalo se deshojó. No cabe duda que cuando la soberbia es la que desplaza a la razón, todo resulta INÚTIL.

MICROCUENTO

La boca seca. El estómago apretado, los músculos tensos. La mirada borrosa por las lágrimas que comienzan a brotar. Un zumbido pertinaz tapa el resto de los sonidos. La garganta se cierra y la respiración se dificulta. Lo macho se quita cuando muerdes un Pepper X.