Por: Balvanero Balderrama García

“No estoy interesado en una liberación económica del hombre sin la liberación del hombre entero”. En memoria de +Ernesto Cardenal (1926-2020)

Pasamos esta vida confiando en las y los demás. La RAE define confianza, en su primera acepción, como: esperanza firme que se tiene de alguien o algo.

De esta manera, al sentirnos enfermos, por ejemplo, acudimos al médico para que diagnostique y nos recete aquello que nos hará sentir mejor, lo que nos ayudará a recuperar nuestra salud. Tenemos confianza en sus conocimientos, experiencia, sapiencia.

Las niñas y niños tienen plena confianza en su padre, en su madre. Van a donde les llevan, comen lo que les dan –casi siempre-, se ponen lo que les compran. Conforme van creciendo, se van haciendo cada vez más y más independiente, pero siguen confiando en sus progenitores.

Confiamos en que los kilos que nos venden son eso, 1000 gramos; en que los contenedores de líquidos contienen lo que señalan sus etiquetas. Al manejar a cierta velocidad por las carreteras, confiamos en que no hay cortes en las mismas, y que todos los puentes están en su lugar y en condiciones de pasarlos.

Confiamos en las amistades y en nuestras familias. Confiamos en que cada noche llevará a un nuevo día.

Estas confianzas no siempre son certezas o certeras. En cada uno de los ejemplos referidos se conocen datos que dan al traste con esa confianza. En la familia, entre amistades, por las instituciones públicas, privadas y sociales.

A nivel institucional, hay algunas a las que las personas les conceden mayor nivel de confianza que a otras. Por ejemplo, en lo que se refiere a las instituciones de seguridad en el país, según la ENSU diciembre 2019, la Marina generaba la mayor confianza entre las personas de 18 años y más en el país (87.9%), por otra parte, la Policía Preventiva Municipal tuvo el mayor porcentaje de algo o mucha desconfianza (53.4%).

Sin embargo, la confianza también se gana; con trabajo, con resultados. Es el caso del INEGI –como puede ser el de muchas otras instituciones-. El INEGI nace en 1983; en el 2008 se hace autónomo. Es heredero de una tradición censal de 125 años (el primer censo de la era moderna data de 1895) y de una añeja labor de investigación geográfica.

Hay un sólido soporte legal para cada una de sus acciones y se transparentan todas y cada una de las metodologías de los distintos ejercicios estadísticos que se llevan a cabo a lo largo y ancho del país. En este momento hay 22 operativos estadísticos y 5 geográficos.

El de mayor difusión, por su envergadura, es el Censo de Población y Vivienda 2020, y no es para menos: 150 mil entrevistadoras y entrevistadores recorrerán los casi 2 millones de kilómetros cuadrados que conforman nuestro país; se actualizará la información de residentes y sus viviendas. Casi al concluir este año se tendrá la información para hacer uso de ella. Podemos decir que es el Censo de todas y de todos.

La información que se recaba es de la mayor importancia y relevancia para nuestro país y sus estructuras. Los retos también son enormes.

Es tiempo de contar para México, concédase unos minutos para que les censen.

Recuerda, del 2 al 27 marzo se realiza el Censo de Población y Vivienda 2020 #preparatusrespuestas.

balvanero@gmail.com / @Balvanero.B