Reclusorio de Colima registra brote de hepatitis

Colima.- Derivado de casos de insuficiencia hepática aguda y encefalopatía relacionada con una posible hepatitis fulminante que detectó el Sistema Estatal de Vigilancia Epidemiológica en el Centro de Rehabilitación Social (Cereso) de Colima, la Secretaría de Salud del Estado, en coordinación con la Dirección General de Prevención y Readaptación Social, lleva a cabo acciones de atención médica, contención sanitaria y vigilancia epidemiológica.

Además se realiza promoción de la salud, en dicho centro penitenciario, para determinar las causas y origen de este padecimiento en los internos afectados.

En segunda reunión de trabajo que sostuvieron ambas instituciones, se analizó que en los últimos meses se han registrado 9 personas con ictericia (coloración amarilla en la piel y mucosa), dos más que han recibido atención médica hospitalaria que fueron dados de alta y tres defunciones, éstas últimas registradas el 31 de octubre (una) y 19 de noviembre (dos).

En este sentido, la Secretaría de Salud dijo que se conjuntarán acciones con las áreas de Epidemiología, del programa VIH/Sida, Promoción de la Salud, Laboratorio Estatal de Salud Pública, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COESPRIS), así como del Consejo Estatal contra las Adicciones (CECA), a fin de hacer los estudios correspondientes y aplicar detecciones de hepatitis y pruebas rápidas de VIH, incluyendo la valoración de un internista y/o gastroenterólogo.

Así mismo, canalizar a las personas con síntomas a consulta especializada en unidad hospitalaria, y con el apoyo del Laboratorio Estatal de Salud Pública se harán los análisis para determinar causa y origen de la hepatitis fulminante.

Cabe señalar que el fallo hepático fulminante es un trastorno poco frecuente de hepatitis, de inicio súbito y avance rápido, que daña las células y los tejidos del hígado, y puede ser causado por un virus, toxina o productos químicos (metales pesados).

De la misma manera, mediante el CECA se realizará un programa de rehabilitación y promoción de la salud para contribuir en la modificación de conductas para disminuir riesgos a la salud.

Por su parte, las autoridades penitenciarias fortalecerán los mecanismos de control de seguridad del interior para detectar posibles reclusos con síntomas y facilitar la atención médica.

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