Pemex en quiebra

Por: Héctor Romero Fierro

El talón de Aquiles de la “CuatroTe” es el crecimiento económico, a un año, queda demostrado que las ideas dogmáticas del señor López, si es que las tiene, no funcionan, lo que ha llevado al país al borde del precipicio, ya que, lamentablemente, no hay un solo indicador que refleje comportamiento positivo.

Las cifras dadas a conocer en su último informe, nos reflejan una terrible realidad, la paraestatal Pemex durante el año 2019, tuvo una pérdida neta de 34 mil 923 millones de pesos, reflejo, entre otros factores, de poner al frente a un ingeniero agrónomo cuyo único mérito es el de ser amigo del presidente MALO.

Además, el informe financiero revela una situación que arrastrará a las finanzas del país, el patrimonio neto de la paraestatal (capital contable) es de más de 2 dos billones de pesos, pero en rojo, lo que significa en palabras llanas que Pemex está totalmente quebrada, y como nos han recitado que Petróleos Mexicanos es nuestro imaginemos la exorbitante cantidad de dinero que tendremos que poner de nuestra bolsa, vía impuestos, para rescatar esa empresa irresponsablemente manejada.

Se confirma que la fórmula para contratar directivos del señor López del 10% estupidez y 90% honradez no funciona, ya que además fuentes internas de la paraestatal nos confirman que la corrupción solo cambió de manos, y con ideas estúpidas, se trató de transformar la más importante empresa del país, la cual por cierto estaba encarrilada en el trayecto adecuado, (salvo por algunos casos de corrupción), pero los populistas llegaron a imponer sus teorías y deseos de regresar a un pasado que nunca debió existir.

¿Cómo, a juicio de MALO, nuestro país importaba gasolina siendo extractor de petróleo?

Entonces se le ocurrió enfrascarse en el peor proyecto de la industria petrolera, la Refinería de Dos Bocas, y como varias empresas extranjeras especialistas en la materia le dijeron que no era viable construirla y menos en tres años, con un costo máximo de ocho mil millones de dólares, decidió que su empresa petrolera lo haría. Para eso, incluso, viajaron a India a conocer pequeñas plantas de refinación construidas con tecnología propia, su meta, refinar diariamente 340 mil barriles de petróleo pesado.

Lo que no entendieron o no quisieron entender MALO y sus genios, es que el mundo cada día consumirá menos combustibles fósiles y en pocos años ya sería una realidad el uso masivo de vehículos impulsados con energía eléctrica, lo que provocará que en el corto plazo las acciones de las petroleras valgan lo mismo que, como ejemplo, las acciones de compañías de renta de películas en medios físicos como cartuchos VHS o DVD al salir al mercado compañías como Netflix, Amazon video, etc.

Con esos resultados es muy probable que Pemex baje aun mas su calificación por parte de los “enemigos neoliberales ideológicos de la transformación mexicana que antes toleraban la corrupción”, perdón, las “calificadoras internacionales”, las cuales degradarán los bonos de Pemex como “bonos basura” lo que implicará que ningún fondo los quiera en su portafolio de inversión y que nadie invierta en ellos, limitando aun más la posibilidad de la paraestatal de obtener el necesario financiamiento en los mercados internacionales.

Lamentablemente los resultados de Pemex están atados a las finanzas de nuestro país, y si Pemex, cae lo más seguro será que también degrade la deuda externa, llamada “deuda soberana” con un impacto terrible en el costo del pago de intereses, fuga de inversión extranjera y el tipo de cambio del peso.

De por sí los próximos días enfrentaremos un peso muy volátil producto de las malas noticias del ingreso a nuestro país del CoronaVirus, que nuestras autoridades no están preparadas para su manejo, el cual por cierto no es tan mortal como el Virus AMLO ya que ha provocado mucho menos muertos en todo el mundo que las defunciones por delitos violentos en México durante el mes de enero pasado.

Otro factor importante que el gobierno presumía como un gran logro, es la relativa estabilidad del tipo de cambio, el cual se había venido sosteniendo, no por una buena conducción económica del gobierno federal, sino por la inmensa cantidad de remesas que reciben nuestro país de nuestros connacionales en el extranjero y por la alta rentabilidad de las tasas de interés que ha logrado conservar el Banco de México, lo que implica, es cierto, que se incremente la inversión extranjera en nuestro país, pero capital especulativo, no de inversión, que puede salir en cualquier momento.

Mientras en el país no exista confianza, seguridad jurídica y política, no habrá inversión, sin inversión no se genera riqueza y sin ella no hay beneficio social, y ésta se crea con acciones y políticas congruentes, no basta que algunos empresarios y banqueros beneficiados por la “CuatroTe” salgan a decir que hay confianza del inversionista.

La realidad es que los mexicanos con activos financieros en el extranjero, prácticamente duplicaron sus inversiones en bancos extranjeros al pasar de 8 mil 132 millones de dólares en 2018 a 16 mil 10 millones de dólares en 2019. Solo en el cuarto trimestre pasado salieron del país 2 mil 514 millones de dólares, y la explicación es lógica, no hay confianza de los inversionistas en el país. Además, muchos inversionistas que por algún motivo no pueden sacar sus recursos del país se están protegiendo en oro y plata, y aunque Banco de México aún no lo reconozca hay muchísimo movimiento en el mercado negro de metales y divisas.

Por cierto, el Índice de Progreso Social (IPS) demuestra que es falso también el crecimiento de bienestar que dice MALO se obtuvo en el país, el cual se obtiene de la fórmula que mide el Producto Interno Bruto (PIB) más el IPS, y se mide conjuntando el bienestar con la satisfacción de necesidades básicas, fundamentos de bienestar y oportunidades, donde, por cierto, Jalisco tiene un honroso lugar.