Pascua

¿QUÉ VIENE?
Sean Osmin Hamud Ruiz
Esta semana que terminó sin duda es de lo más contrastante que como sociedad en México vivimos año con año.

Para la fe cristiana, es el momento de reforzar la fe, de entender el místico momento de la pasión del Cristo donde se revive el dolor y la entrega de Dios hijo a los hombres.
Para otros, significa vacación, descanso, esparcimiento y excesos.
Inclusive en medio de la pandemia, poco importa el riesgo de contagio. El disfrute es el principal motivo.
La política estatal, con sus definiciones a las diversas candidaturas de los múltiples puestos que quedaban pendientes, más nos recuerda esas fiestas de spring break, donde el alcohol, la sensualidad y la distracción moral es la regla, lejos del recogimiento, reflexión e introspección que la religión recomienda en estas fechas.
Atestiguamos un festival de colores (tenemos una pléyade de partidos), saltos mortales (personajes brincando de una opción política a otra en tiempos récord) exhibición de múltiples trapitos al sol (reclamos por el reparto de las candidaturas) y todo aderezado con anhelos de poder y supervivencia.
Sin duda, muchos de los actuales contendientes se remiten al etimológico origen hebreo del concepto de esta semana. Van por el cambio, por la transformación. Están celebrando sin pudor su muy particular PASCUA.