PARO

¿QUÉ VIENE?

Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ 

Mujeres, a muchos nos dijeron que son el último elemento de la creación. Se nota, son la mejoría evidente del prototipo. Más fuertes, más resistentes, multifuncionales, dadoras de vida.  Envidia y miedo es una probable explicación.  En lo propio, con humildad, ofrezco una disculpa.

Sin duda hoy correrán tinta y bits, por miles de litros y millones de ceros y unos, narrando, contextualizando y dando diversos puntos de vista en lo que respecta a este movimiento nacional que, además de único, sin duda alguna, se convertirá en un referente futuro.

Expresarse a favor o en contra no es lo relevante. Mucho menos criticar el fenómeno con un filtro ideológico, político, económico o social. Lo que es verdaderamente importante es asimilar que todos los motivos y causas no pueden quedar sin un cambio.

La condescendencia o la displicencia venida de cualquiera de los géneros, espero, ya no deben tener lugar. Tanto dolor, tanto descuido, tanta ignorancia, deben tomar otro rumbo, muy distinto al que nos hemos acostumbrado.

La responsabilidad de ello no puede dejar de ser colectiva. Sin embargo, hay más trabajo en el lado del varón. Hay un confort mal entendido que se tiene que romper, pues de lo contrario nos estaríamos condenando a la hipocresía que viene de una empatía temporal.

Se vislumbra un paradigma fraccionado. Se tiene que terminar de romper y no solo para evitar caer en los lugares comunes de la aceptación o tolerancia.

El compromiso tiene que orientar este esfuerzo hacia un rumbo que devuelva la dignidad, a quienes se les ha negado y a quienes crean que la tienen por estar envueltos en una burbuja de corrección socialmente aceptada.

No podemos terminar con un plan contingente que hable de equidad o igualdad. La profundidad de lo que necesitamos para conseguir lo pretendido, obliga a repensarnos en lo individual y en cómo diseñamos y llevamos cada una de nuestras relaciones con quien nos rodea.

El camino se antoja irregular y sinuoso. Lo importante es que ya está tomado y que no nos detengamos. Lo deseo profundamente.