Estados Unidos.- Si se demuestra que son seguros, eficaces y asequibles, los mosquitos vectores modificados genéticamente podrían ser una nueva herramienta valiosa para combatir enfermedades como la malaria, dengue y Zika, así como eliminar su enorme carga sanitaria, social y económica, aseveró la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Este miércoles 19 de mayo, la OMS publicó una nueva guía con los estándares esenciales para informar la investigación y el desarrollo futuros sobre mosquitos modificados genéticamente, en particular para abordar cuestiones relacionadas con la ética, la seguridad, la asequibilidad y la eficacia.

La OMS destaca que la malaria y otras enfermedades transmitidas por vectores, incluidos el dengue y el Zika, afectan a millones de personas en todo el mundo y más de 400 mil personas mueren cada año a causa del paludismo.

El marco de orientación para las pruebas de mosquitos modificados genéticamente , desarrollado en asociación con TDR, el Programa Especial de Investigación y Capacitación en Enfermedades Tropicales y GeneConvene Global Collaborative, una iniciativa de la Fundación para los Institutos Nacionales de Salud, describe las mejores prácticas para garantizar que el estudio y la evaluación de mosquitos modificados genéticamente como herramientas de salud pública sea seguro, ético y riguroso.

Las estrategias actuales para limitar la transmisión de enfermedades transmitidas por vector son parcialmente efectivas. Se necesitan enfoques nuevos y complementarios para cerrar las brechas en las intervenciones actuales de control de vectores, como el control efectivo de las picaduras al aire libre, y proporcionar alternativas para manejar la creciente amenaza de la resistencia a los insecticidas.

La investigación sugiere que los mosquitos modificados genéticamente podrían ser una herramienta poderosa y rentable para complementar las intervenciones existentes.

La nueva guía aborda preguntas y desafíos específicos asociados con la investigación y el desarrollo de mosquitos modificados genéticamente, incluidos los estándares para la toma de decisiones sobre cómo y cuándo deben realizarse las pruebas.

Al establecer un conjunto común de expectativas específicas para los mosquitos modificados genéticamente, el nuevo recurso permitirá una evaluación más informada y rigurosa por parte de investigadores, desarrolladores, los responsables de las decisiones normativas y políticas y las personas ante las que estas partes interesadas son responsables.

La guía se basa en un documento anterior publicado por TDR y FNIH en 2014, que incorpora los últimos avances científicos relacionados con la modificación genética de mosquitos, así como otras actualizaciones y aprendizajes clave relacionados con la seguridad y la ética, que incluyen:

  • métodos para comprender las implicaciones de los mosquitos modificados genéticamente para la salud humana, la salud animal y el medio ambiente;
  • mayor comprensión de las estrategias más efectivas para la evaluación de riesgos y la participación de las partes interesadas;
  • criterios más claros para que los proyectos pasen de una fase de prueba a la siguiente, incorporando descripciones de los pasos necesarios para llevar de forma segura y responsable tecnologías de mosquitos modificados genéticamente, incluidas las que incorporan impulso genético, en el campo; y

un conjunto concreto de consideraciones de seguridad y eficacia que deben evaluarse en cada fase de la prueba, para informar las decisiones sobre pruebas e implementación adicionales. BP