Escollera
Por: Edgar CAZARES
A estas alturas resulta posible decir que es utópico frenar el avance del coronavirus. El problema, en forma masiva, ya no solo radica en China, el país donde se originó dicha pandemia sino que hay otras latitudes que enfrentan ya escenarios de contagios multitudinarios.
Es el caso de Italia que, en forma admirable, decidió afrontar el problema en forma radical aunque lógica: declarar todo el territorio en cuarentena y prácticamente cerrar sus fronteras. La medida fue, atinada y a tiempo, más allá de las cuestiones médicas e incluso orilló a su gobierno a decretar medidas impensables bajo otras circunstancias.
Sabemos que en aquellos lares los deportes de conjunto atraen masas y por ende son consideradas toda una industria floreciente, y sumamente lucrativa. Aún con todos los intereses que rodean a estos eventos la clase política decidió no sólo limitarse a permitir encuentros a puerta cerrada sino detener las ligas de fútbol, básquetbol y volibol –estas dos últimas con circuitos profesionales con asistencias multitudinarias también-.
Por lo anterior me pregunto -aunque también toco madera para que ese escenario no se nos presente en el país- ¿qué haríamos en nuestro país si se enfrentara una contingencia de tal magnitud? Sí, es muy difícil imaginarlo pero hay probabilidades –altas, bajas- de que en algún momento por estos rumbos también el coronavirus-covid 19 se esparza si no se toman las medidas preventivas.
Lamentablemente tengo que decirlo: el nuestro es un país donde privan los intereses económicos por sobre todas las cosas y me es difícil pensar que aplicaríamos una estrategia similar a la de Italia. Ya lo han dicho en tono machacón cada mañana los ilustres representantes de la 4T, México está preparado para afrontar tal eventualidad.
Si con un entorno ordinario ni IMSS ni Issste y mucho menos el INSABI da abasto para atender tanta necesidad con tan limitados recursos qué sería ante un mal poco conocido como el Covid 19. El mundo, más por estos días de una feroz globalización, está fuertemente vinculado y supongo ilógico que tal enfermedad no impacte a nuestro país en forma notoria. Habrá quien diga, y se vale, que peco de pesimista pero, insisto, es un escenario que debemos considerar y para nada descartar.
APUNTES DESDE LA COSTA
*A nada bueno conduce el pleito entre trabajadores sindicalizados contra Ayuntamiento de Manzanillo, enfrentamiento que ya cayó al plano de los dimes y diretes y de seguir así el asunto simplemente se empantanará. Entiendo a los burócratas porteños que en su desesperación por reclamar algo que por ley les corresponde busquen desmentir los “haceres y decires” de la alcaldesa porteña –de quien en su descargo diré, porque quiero entenderlo así, ella hace lo que cree conveniente para su administración local- pero recurriendo a diatribas y soliloquios no obtendrán nada. Más bien lo conducente será que pisen el acelerador allá en la instancia donde se resuelven estos menesteres: en los tribunales y claro está con un buen abogado de por medio. De lo contrario seguirán perdiendo tiempo valioso para su causa.
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