LOS EJES DE LA CARRETA

TAREA PÚBLICA
Por: Carlos OROZCO GALEANA

Conforme avanza la campaña, los candidatos han incrementado el pulso sobre la realidad de Colima. Paso a paso, van conociendo y valorando la multiplicidad de problemas y pueden desde ahora, por ese ejercicio, saber si el trabajo de gabinete ha sido preciso para definir y elaborar un plan de desarrollo y poder conquistar la voluntad ciudadana.

La mayoría   de los candidatos a gobernador(a), en mayor o menor medida, han acumulado saberes en sus distintas trayectorias, pero es obvio que los más experimentados y con más capacidades, avanzan con más consistencia y muestran un conocimiento más amplio y profundo de los problemas y pueden entonces   hacer planteamientos con mayor exactitud.

La semana anterior, la candidata Mely Romero presentó un programa de acción que considera cinco pilares, a saber: Reactiva Colima, Colimenses primero, Colima firme, Colima 9/10 y Gobierno somos todos. Todos ellos, según afirmó, tienen como fundamento la propuesta de hacer un gobierno dinámico que revolucione el quehacer del estado e incremente los ingresos de los colimenses; propone reactivar la economía y los micronegocios en particular y acciones que mejoren la calidad de vida de las personas, que otorguen seguridad a todos, buena salud, la protección de la diversidad, un “gobierno de territorio, no de escritorio”.

En la segunda parte de los renglones del párrafo   anterior pueden resumirse esos cinco puntos. Efectivamente, los colimenses queremos un gobierno   de resultados, motivador,  generador de bienestar, paz y tranquilidad, y una educación de calidad; requerimos un gobierno fuerte, que se haga uno con todos,  un gobierno de buena fe  que hable con la verdad, que cuide el dinero de todos y lo aplique con eficacia y honradez, que luche verdaderamente contra la corrupción y aplique la justicia, que decline a hacer amigos y compadres para favorecerlos con cuanta acción  oficial se pueda.  No queremos un gobierno de corruptos ni de cuates.

Queremos un gobernador(a) de tiempo completo, responsable a carta cabal, que mantenga abiertas las puertas de su despacho y escuche a todos, que no se   nos esconda porque ha de saberse que lo elegimos para ser nuestro servidor primero. Que esto también quede claro: un gobernante tiene que ser un modelo de buena conducta, predicar con el ejemplo; nos representa a todos como comunidad y por ello  está obligado a ser paciente en la escucha, a ver en cada ciudadano a una persona con derechos y  con dignidad. Nos conviene que tenga unidad en su familia porque así no perderá el equilibrio y podrá tomar mejores decisiones; si está perturbado (a) no lo podrá hacer. Queremos un gobernador con la conciencia tranquila,  caminando por las calles o subiéndose al transporte urbano como los políticos y ministros europeos,  reuniéndose con la gente, haciéndose  uno con todos. En Suecia, Holanda y Finlandia, entre otros países, los gobernantes dan muestra de humanidad y sencillez, son como todos, no se marean con el poder, no se creen semidioses y viven normalmente, como que son de carne y hueso. No viven en grandes fincas, en palacios,  a costa de los ciudadanos. Recuerden nomás a Angela Merkel, señoronas que es.

Necesitamos también una economía fuerte, reactivada, que responda a las iniciativas renovadoras que puedan desplegarse desde el poder estatal, se requiere reconquistar la confianza de la iniciativa privada pero sin la existencia de empresarios favoritos, que se llevan la mejor tajada durante seis años y repartan moches por aquí y por  allá  en busca de continuar obteniendo contratos y  favores  de todo tipo. Los colimenses no son pedigüeños, quieren emplearse para ganar el pan de cada día.

En la historia particular de Mely, hay una huella de servicio; lleva actualmente buena campaña, propositiva,  un récord aceptable de trabajo en favor de  sectores  y ciudadanos que le han dado su confianza y le darán su confianza.   Ha escalado en el conocimiento de los problemas de Colima y  presenta   una agenda de compromisos con el buen hacer en favor de Colima si es elegida.

El Pri tenía tiempo sin ofrecer una alternativa que realmente inspirara confianza; sin, embargo, hay   quienes lamentan en el priísmo que siendo una candidata de lujo, pudiera ser vencida no por falta de  cualidades personales, sino por el rechazo a la marca Pri, similar a lo que pasó con el buen  candidato que era José Antonio Meade, quien fue arrastrado  por la ola Amlo a grado tal que no ganó un solo distrito federal de entre los 300 que hay en el país. Por cierto, poco le ayuda a Mely cargar con algunas candidaturas que, de haber sido por ella, no se hubieran palomeado.

En la campaña actual no hay nada escrito aún. Un pajarito me dijo que podrían pasar   cosas extraordinarias dentro de pocos días si es que algunos candidatos ternuritas  hacen a un lado sus egos y piensan en Colima haciéndose a un lado ante la realidad de que no ganarán la elección. Cada partido de los que no “arrean” lo suficiente, podría sacar sus cuentas y definirse ya sea en favor de Morena para afianzar la Cuarta T  o  de la Coalición tripartita para intentar la continuidad en un camino renovado.