LOS DEDAZOS DE DICIEMBRE (En política, toda factura se paga)

TAREA PUBLICA
Por: CARLOS OROZCO GALEANA

Cuando el actual presidente dijo en su campaña que si llegaba al poder no habría más de lo mismo, unos 30 millones de mexicanos creyeron en él. Por fin, dijo la mayoría, se terminaría con vicios ancestrales derivados del control absoluto del poder del Pri durante más de 70 años.

La historia todo mundo la sabe: la alternancia se inauguró en el 2000 con un gobierno locuaz y manilargo que ni apenas cumplió su cometido pues la historia ha registrado el desorden gubernamental y el nepotismo que prohijó en su familia política y el abuso de dedicar dinero público al embellecimiento de una de las principales propiedades de Vicente Fox con el justificante de que recibirían a George Bush hijo, presidente de Estados Unidos. .

Le siguió el gobierno de Felipe Calderón, quien bañó de sangre el territorio nacional con una guerra inútil y costosa en vidas humanas. Hagamos de cuenta que removió un avispero y que las abejas multiplicaron su presencia en forma mayúscula por todas partes. Esta acción, independientemente de lo que se hizo en el ámbito de la corrupción, sobre todo en Pemex, la empresa que la clase política en el poder ordeña para su beneficio. Y, por supuesto, con la Estela de Luz, proyecto realizado para robar. Y como siempre, nadie sabe, nadie supo.

Pero yendo al tema de hoy, hay algunas cosas que si se han transformado en la 4T, muchos empresarios pagan impuestos, ya no hay intermediarios en la aplicación de políticas de Estado, se ayuda a los que menos tienen y se impulsa la capacitación de los jóvenes. Pero el problema es que se ha abusado del poder y hecho desaparecer estructuras funcionales afectando a múltiples sectores que estupefactos han visto morir lo que supuestamente no sirve pero que no han presenciado soluciones de fondo, como en el caso de la falta de medicamentos para niños con cáncer. Por fortuna, se dio marcha atrás con la descentralización de entidades de la administración pública federal.

Pero en lo político, el espíritu del Pri sigue campante en el actual régimen y más fuerte que nunca. Morena se parece al Pri más viejo, al de 1960/70. En Morena se aplican también fórmulas tricolores de última hora como esta: Cuando estaban anunciando una candidatura y dando pormenores de las múltiples cualidades de un presunto candidato, de pronto el anunciador callaba porque según él tenían a la mano otro mejor que el primero. Lo cierto es que había llegado un telefonazo del que despachaba en Los Pinos, y entonces la historia era otra. Esto mismo pasó en Guerrero con el innombrable de apellido Macedonio, un hombre que acumula denuncias en su expediente criminal por violación de mujeres, pero que es uno de los correligionarios más viejos de Amlo. A los amigos, justicia y gracias, como lo hacía Benito Juárez.

Por los días de diciembre, entonces, recordé ese tipo de referencias; funcionó ese mes, en todo su esplendor, la práctica del dedazo, pero sin siquiera disimularlo. En varios estados, hubo resistencias a que el presidente Amlo avasallara con candidaturas sin consenso entre los fundadores, quienes pidieron se les tomara en cuenta en las decisiones. Tlaxcala, Colima, Nuevo León, Campeche, Guerrero, Sinaloa, San Luis Potosí, hicieron valer ante el dedo supremo la democracia para que no les impusieran candidaturas que, quizás, puestas con calzador, llegarían derrotadas a las primeras escaramuzas electorales. Los fundadores morenistas, por su parte, están siendo ejemplo en el país y, como han afirmado, no dan marcha atrás en busca de respeto y han pasado de las advertencias a los hechos en Colima,Michoacán y otras entidades más y jugarán a la contra de Morena a través de Fuerza por México, el partido en el que Amlo aterrizará próximamente una vez terminen con Morena los ambiciosos.

El tiempo de hoy no es aquel en que a la indicación del dedo presidencial, se mueve todo mundo. Ahora, la política está con más oxígeno, todo mundo ha evolucionado y los morenos fundadores, los que aman a su escudo, también; desde que irrumpieron en la escena política, se propusieron ir contra toda práctica que se pareciese a las del Pri y es por ello que están en pie de guerra para salvaguardar principios y proyectos y oponerse hasta al mismo presidente si no cumple con postulados. Los fundadores no son monigotes de nadie, según se aprecia.

El presidente López Obrador, astuto como pocos, tuvo que medirle el agua a los camotes, pensar sus decisiones una y mil veces. Si tuvo favoritos y favoritas para las candidaturas, como así fue, no debió haberlos perjudicado de antemano al elegirlos en las sombras, con encuestas manipuladas, pues al hacerlo se exhibiría como cualquier presidente del Pri arcaico. Pudo haber considerado, como se lo pidieron en Tlaxcala, cualidades intrínsecas de los interesados: antecedentes de servicio, trayectorias, militancia real en Morena, existencia de valores, pues se alegó en esa entidad que la súper delegada Lorena Cuellar jugó con ventaja por casi dos años cuando el propio presidente dijo que solo era enlace y no candidata. Las facturas se pagarán con intereses, al decir de los morenistas.

Los dedazos son nocivos a todas luces. Son una vergüenza en esta época, acuerdos cavernícolas que pintan muy bien a sus operadores. Impiden florecer a las sociedades, taponan coyunturas e impiden que surjan las inteligencias mejores y el desarrollo igualitario de las sociedades. Por ello, los pueblos han de  persistir en sus luchas, rescatar oportunidades que se perdieron, hacer valer sus derechos, hacerse respetar por sus gobernantes. Eso permitirá generar condiciones de estabilidad, necesarias para alcanzar la armonía y la felicidad.