Líderes árabes llaman al diálogo en Bagdad a gobierno y oposición siria

Los dirigentes árabes, reunidos en una cumbre hoy en Bagdad, instaron al régimen sirio y a la oposición a entablar un diálogo «serio», y rechazaron una intervención militar en el país, donde el ejército seguía atacando ciudades rebeldes.

En su resolución final adoptada por unanimidad tras cinco horas de reunión, los dirigentes árabes piden «al gobierno sirio y a todos los componentes de la oposición que adopten una actitud positiva hacia la misión (de Annan) entablando un diálogo nacional serio».

También se declaran «en favor de la unidad y la estabilidad de Siria y en contra de toda intervención militar».

Asimismo «condenan las violaciones de derechos humanos contra los civiles y consideran la masacre cometida por las fuerzas militares y de seguridad sirias en el barrio Baba Amr (en Homs) como crímenes contra la humanidad».

Las autoridades sirias bombardearon durante semanas Baba Amr y otros barrios rebeldes de la ciudad de Homs (centro) para aplastar la revuelta contra el régimen, que comenzó en marzo de 2011 y fue reprimida con un balance de más de nueve mil muertos, según una ONG siria.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presente en la cumbre de Bagdad, exhortó a Asad a aplicar sin demora el plan elaborado por el enviado especial Kofi Annan. Éste preconiza el cese de la violencia armada por todas las partes, una tregua humanitaria diaria de dos horas, un diálogo político, el derecho a manifestarse y la liberación de las personas detenidas arbitrariamente.

El presidente sirio afirmó que su país aceptó el plan y «no dejará de esforzarse para que la misión (de Annan) tenga éxito», aunque hizo algunas «observaciones» al contenido de dicho plan. El jefe de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, dijo que veía en ese gesto una «señal de esperanza», pero consideró que el plan debe aplicarse «de inmediato».

Implícitamente, Asad condicionó el éxito del plan al cese del apoyo que según él aportan países de la región a los «grupos terroristas» causantes de la rebelión. Una observación que según Estados Unidos hace que el anuncio del dirigente sirio sea «decepcionante».

Damasco acusa a algunos países del Golfo como Arabia Saudita y Catar de financiar y armar a la oposición. Estos dos países, partidarios de armar a la oposición, mostraron su irritación enviando apenas a funcionarios de segundo rango.

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, se mostró firmemente opuesto a esa idea. «Según nuestra experiencia en Irak, armar a los dos bandos en el conflicto conduciría a una guerra regional e internacional por procuración en Siria», afirmó.

Moncef Marzuki, presidente de Túnez, donde comenzó la Primavera Árabe, se mostró muy duro con el régimen sirio y pidió a Asad que se vaya. «Hay que aumentar la presión y convencer a sus últimos aliados de que este régimen está muerto, que hay que ponerle fin y que no tiene futuro», dijo.

La reunión marcó el retorno oficial de Irak a la familia árabe y estuvo marcada simbólicamente por la venida del emir de Kuwait, más de veinte años después de la invasión de su país por las tropas de Sadam Husein, el dictador ejecutado a fines de 2006.

En total, diez jefes de Estado de los veinte invitados estuvieron en la reunión. Siria fue excluída debido a la represión de la revuelta iniciada el 15 de marzo del año pasado. Un funcionario sirio informó por adelantado que Damasco rechazaría toda iniciativa procedente de la Liga Árabe.

Sobre el terreno, al menos 16 civiles sirios murieron hoy en actos violentos en las provincias de Idleb (noroeste), de Homs y de Hama en el centro de Siria, donde también murieron nueve militares y un desertor, según una ONG siria.

Además, según dijo un portavoz de Naciones Unidas al finalizar hoy una reunión de evaluación realizada en el país por parte de expertos internacionales, al menos un millón de sirios necesitan asistencia humanitaria.

Con información de AFP

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